El límite del mundo

"Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo". Frase del filósofo Ludwing Wittgenstein

Muchos se preguntaron en la antigüedad donde estaba el final del mundo, lo que les llevó a poner un lugar en el mapa.

En nuestro caso fue Finisterre el lugar donde se acababa todo lo concebible antes de Colón. Otros se preguntan en tiempo presente si su vida, su existencia, tiene un límite o no, o si directamente aceptan que ese límite es la muerte. No obstante el límite del mundo no está en estos derroteros sino en otro muy distinto -o eso creo-.

Dicho de otra forma el límite del mundo es el lenguaje. Wittgenstein dejo dicho lo siguiente en su libro Tratactus Lógico-Philosophicus: "los límites de mi lenguaje significan los limites de mi mundo".

Este filósofo que había sido voluntario en la gran guerra mundial escribió esa obra entre las trincheras y su cautiverio de Montecasino.

Los grandes argumentos que tiene afirman que el lenguaje es la primera forma de conocimiento del mundo y que el mundo es un conjunto de hechos contemplado a través del lenguaje. De donde se deduce que el mundo sin el lenguaje no puede contemplarse.

Eso es que los límites del mundo somos nosotros, los límites del mundo son los límites de mi mundo. Pero el lenguaje es algo más: un juego social lleno de reglas de silencio. Así dicho el mundo está a la altura de dicho juego, es un juego.

Eso significa que donde no hay palabras no hay mundo, aunque en el mundo haya hechos que no se puedan nombrar con palabras y sobre los que es mejor callarse, según el filósofo.

Y efectivamente es cierto. ¿Alguien puede percibir algo que no se pueda expresar con palabras? Evidentemente la idea de un límite no es exagerada. Pero si puede ser asfixiante.

De hecho eso llevó al filósofo a proclamar que la filosofía había muerto.

Pero hay esperanza o yo quiero verlo así. En su otra obra Investigaciones Filosóficas, que es una crítica a su libro anterior, el juego -creo-representa una vía más allá del límite aunque sujeta a la idea de juego mismo. Pero esa idea no voy a profundizarla mucho para que cada lector juegue con su propio lenguaje y se plantee si su mundo puede o no ampliarse. Por ejemplo la palabra miedo.

¿El miedo es el límite del mundo de alguien? Y si de repente esa persona pierde el miedo ¿su mundo se amplía? O el dolor, si alguien deja de sentir dolor ¿su mundo va más allá del límite? Dejo la reflexión abierta.

El límite del mundo es un reto desde la perspectiva del juego.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios