Libertad Quijotesca
Irene Gálvez
La estela de Horemheb
La literatura de Antonio Berenguel es la música de Mozart, que armoniza el silencio de las olas con un mensaje metalingüístico, donde la sintaxis es el verdadero nombre de las rimas que fluyen. La literatura de Antonio Berenguel es el capote de Ordóñez que se mece en el albero de una metáfora que siempre queda la verdad por delante y una sinestesia que tiene un adjetivo de menos, porque la creatividad es el adjetivo en su justa medida. Escribir es un oficio hermoso que Berenguel entiende como la filosofía de Aristóteles y los diálogos de Platón. Cuando Antonio Berenguel escribe, fluye el silencio, como si éste fuera un soneto que siempre recuerda la perfección de los clásicos y el lenguaje de los sofistas.
Nada es, ya que todo existe. Así es también la literatura: un texto plurisignificativo y corrotativo, donde las palabras van y vienen contra la semántica de un discurso que es nuevo e innovador.
Antonio, espero una visita tuya para que la amistad sea también literatura y filosofía, arte y enciclopedia, Siglo de Oro y Renacimiento.
Un abrazo y recuerdos a tu familia.
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