Hay algo mejor

Como decía Bertolt Brecht, los que debemos tener junto a nosotros son las personas que luchan toda la vida

Hoy sábado podría ser uno de esos días en los que nos levantamos y una corriente de quietud, de somnolencia vital, nos recorre de norte a sur. El hastío de tanta elección y mítines podría ser el causante. Momentos en los que el alma levita sobre la razón, anestesiando cualquier intento de amago intelectual y actividad física más allá de la apertura de párpados, de recuesto sobre cualquier cómodo mobiliario que acoge nuestro cuerpo medio moribundo.

Jornada en el que los oídos solo atienden a alguna voz que rezuma interés, o donde nuestros ojos se fijan en una lectura abierta a reflexiones sugestivas o trascendentes desde un punto de vista existencial. Y no es la tesis doctoral de Pedro Sánchez. Pensamos entonces que esos días deberían acudir más a nuestro encuentro, y los otros, abandonarlos a su suerte, aquellos donde la rutina incendiaria del trabajo y las obligaciones impuestas apagan nuestra capacidad innata de cuestionarnos (ejercicio que Rivera, Casado o Iglesias deberían practicar con mayor asiduidad). Postura que, alejándolos de la senda del filósofo Richard Rorty, nos llevaría a plantearnos una retirada del pragmatismo cotidiano y buscar una posición más metafísica y cercana a nuestro estado. Vamos, toda una receta para los independentistas.

Si a usted le hubiese tocado hoy protagonizar uno de estos días, podría compartir esas ideas, pensamientos o divagaciones que a ráfagas pululan por su psique, las mismas que, trabajadas y vestidas por algún gran pensador, resultan más asimilables, creíbles y, por qué no, vendibles.

Si reparase, por ejemplo, sobre algo tan básico como la felicidad, tal vez aceptaría que la verdadera se encuentra en las personas que trabajan con la pasión y la entrega necesaria para hacer feliz a los demás (político, por favor, absténganse), y que tienen la suerte de descubrir que haciéndolos felices son ellos más felices (¿comprende ahora?).

Y si recapacitáramos sobre el camino a seguir en la vida, puede ser que concluyéramos que erramos cuando se buscan personas importantes y no ejemplares. Como decía Bertolt Brecht, los que debemos encontrar y tener junto a nosotros son las personas que luchan toda la vida, los imprescindibles. Qué razón tenía.

Pues terminando, hay días en los que pensamos que es mejor no levantarse. Pero ese no es el camino. Es más real, agradecido y reconfortante saber que, ahí fuera, siempre hay algo mejor.

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