Mini Desértica 2025

20 de octubre 2025 - 03:09

Este pasado viernes, cogido de la mano de mi nieto, nos fuimos a presenciar y vivir, entre el bullicio jovial, la prueba deportiva “Mini Desértica 2025”, organizada por la Brigada “Rey Alfonso XIII”, II de la Legión. Era todo atronador en el grato y gozoso ambiente primaveral que se respiraba en el frondoso Parque de las Almadrabillas junto a la mar.

Pequeños infantes con gran energía y emoción, que nunca sabremos si algún día podrán formar parte de esta gran familia de la Legión Española y que miraban con ternura a nuestros soldados uniformados con el chapiri, en ese auténtico espíritu de nobleza que comienza a inocularse desde temprana edad.

Ha sido el primer año que he podido acercarme con uno de mis nietos, espero hacerlo en años sucesivos, al menos esa será la ilusión, si no, lo harán sus otros abuelos para que sigan sonando en el corazón el eco de los aplausos de los padres y familiares y la alegría de las risas y sonrisas como nota de color, que estuvieron en todo momento aplaudiendo el esfuerzo de niños y niñas de jóvenes edades, agrupados desde “chupetín” hasta “cadete” en hacer el recorrido con el espíritu de superación.

Visualizamos, ante el gentío de personas llegadas de todas las latitudes, los puestos que habían colocado las entidades patrocinadoras y colaboradoras en las Almadrabillas, junto a enseres y elementos que utilizan nuestras Damas y Caballeros de la Legión en sus misiones humanitarias y de paz, dándole al acontecimiento, si cabe aún más, un tono de sociabilidad y socialización, de encuentro cívico ante la Mini Desértica 2025, antesala perfecta para la gran prueba de ultra fondo que se celebró el sábado, la séptima, con el lema ‘Cuidemos del agua. Todos somos del mismo equipo’.

En uno de los puestos, dentro de la Feria del Corredor “Sabores de Almería”, un caballero legionario Cabo 1º tuvo el detalle de entregarle al nieto una botella de Aqualia y otro legionario Sargento un paquetito de chuches, aumentando la alegría contenida de tan tiernos destellos de cercanía y cariño con los más pequeñuelos, los protagonistas de esta actividad deportiva impregnada con los valores del Credo legionario.

Es un orgullo para el ámbito familiar este especial día en un ambiente que conjuga la simbiosis del deporte, la educación y la convivencia, ejes vertebradores de los valores que van infundiendo en los menores y también en los mayores, que nos sirve para actualizarnos y perfeccionarnos en la prestancia y saber estar en el marco espiritual de la esperanza.

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