
Antonio Lao
Las cooperativas y su papel en la economía de Almería
El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, asume la compleja situación que se vive en Puente del Río (Adra) con la guerra abierta entre clanes, Saúles y Lateros, y ha decidido blindar la barriada ante el posible regreso a sus casas de aquellos que marcharon, Saúles, por miedo a las represalias.
El narcotráfico, a mayor o menor escala, y sus tentáculos, ha aflorado con extrema crudeza en la provincia y se hace presente en una sociedad anestesiada o que miraba para otro lado, sabedores de lo que tenían alrededor. Las lanchas varadas en las calas de Cabo de Gata y las decenas de garrafas de combustible abandonadas en cualquier playa de la provincia, ha despertado ente los vecinos de esta tierra preocupción y miedo ante un futuro incierto, plagado de dudas y capaz de alterar una convivencia que hasta ahora, si no había sido modélica, al menos lo parecía.
Los últimos ajustes de cuentas nos han enfrentado a una realidad cruel, que nos amenaza como nunca antes con romper una normalidad razonable, para abocarnos en un mar de inseguridad, preocupaciones y riesgos que hasta ahora en esta tierra nunca se habían vivido. La posibilidad cierta, de no poder entrar en algunos barrios de pueblos como Pechina, de la capital o de zonas específicas de algunas de las localidades del Poniente muestra con toda su crudeza las dificultades que los cuerpos y fuerzas de seguridad tienen para hacer frente a los delincuentes.
De nada valen las llamadas a la calma del subdelegado del Gobirno, José María Martín o los argumentarios de que todo va bien y no hay más inseguridad por hechos como los que estamos viviendo, cuando cualquiera que observe la realidad percibe el salto cualitativo que se ha dado en una provincia tranquila, o razonablemente tranquila, como era esta.
Antes de que vaya a más y seamos incapaces de controlar la normalidad, parece más que razonable que desde el Ministerio de Interior se asuman las carencias que tiene tanto la Policía como la Guardia Civil en la provincia y que los refuerzos, esos de los que tanto habla el delegado del Gobierno en Andalucía, sean permanentes. Los “malos” no van a cejar en su empeño de traficar y nosotros, en el otro lado, debemos tratar de poner todos los medios necesarios para que no lo consigan. Ese es el reto.
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