Post morten

30 de abril 2025 - 03:11

Los signos eran claros, el desmayo antes de la llegada del cristo, el demonio en la procesión, el resucitado, la muerte del obispo de Roma y por fin el gran apagón general. Vagamos por las calles encontrándonos con los semejantes con el mismo, sino buscar linternas para encontrar la luz, sólo que yo ya tenía toda clase de linternas, doce, trece, en el coche, en la casa y montones de pilas. Tenía de todo, acumulando cosas esperando este día. Me faltaba el camping gas, pero realmente no se necesita el camping gas, la gente ya camino de la paranoia buscaba cualquier cosa que pudiese calentar alimentos. Fuimos inútilmente empezando por el Leroy Merlin, a buscar camping gas, pero sólo encontramos las pilas necesarias, tipo L14, de las que nunca usas, de las que me faltaban 2 para poder poner la radio, porque yo tengo radio a pilas, aunque ya utilizo generalmente la radio online. El centro comercial casi desierto una tarde de lunes laborable fue el siguiente signo. Nos recorrimos como estaciones de penitencia cada una de las ferreterías que hay en Almería para comprobar que todos buscaban lo mismo. Ya en el límite de la desesperación, una pareja mayor intentaba comprar una plancha de butano, pero le faltaban diez euros y no se la vendían. Se agotaban las últimas linternas en los pocos comercios abiertos, todos con cola esperando. Y todos se reían porque yo tenía muchas linternas, y todas a pilas, linternas de pie, de las de llevar colgadas con un clip en la camisa, de las de led de poner encima de cualquier cosa. Finalmente, en la Avenida de la Estación encontramos una cafetería abierta que servía bebidas y además con hielo, el hielo que no se había derretido después de horas todos juntos en una cámara frigorífica. Nos pudimos tomar una coca-cola porque aún teníamos monedas. Ya la gente buscaba lo siguiente necesario, el café soluble. Los camareros cobraban porque se sabían los precios de memoria. En medio de la hecatombe una señora, indiferente, miraba pendientes en los grandes almacenes, un chico se cortaba el pelo ajeno a la incertidumbre porque el peluquero tenía un pequeño generador. A las 3:00 se hizo de nuevo la luz y ya no pude dormir. Así que me puse a ver Cónclave, la película. Sin datos, sin internet, sin cobertura, aun con luz en las calles, desde mi ventana parecen todavía tenebrosas esperando el siguiente acontecimiento. Ya todo el mundo tiene barbacoa.

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