Ni es cielo ni es azul
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Pristino, lleva cuidado con el móvil cuando vayas de pendoneo porque, a veces lo carga el diablo”. Ni caso, así es que un día de esos en los que las fuerzas flaquean, Pristino fue a su lupanar favorito a practicar desahogos. El móvil en el bolsillo, con una última llamada de su mujer guardada en la memoria. Quiso la fatalidad que en el momento de “si esto vale tanto y esto otro, tanto”, un roce imprevisto del pantalón puso en modo escucha el móvil y, la mujer recibió noticias exactas de la situación. Llegado a casa, la dolida mujer pidió explicaciones, éste no tuvo otra ocurrencia que justificarse diciendo que “había por motivos profesionales”, a fin de obtener datos para escribir un libro sobre la prostitución. “Pero si tú jamás has escrito un libro? –Este será el primero. ¿Quién te lo paga? –Una editorial.
No hay nada como una explicación plausible para que, en conciencia, no quede en nadie rastro de dudas.
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