¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

Habrá referéndum

Si Sánchez afirma que "jamás" habrá un plebiscito en Cataluña significa que ya se debe estar hablando de cuándo y cómo

No duden de que habrá referéndum de independencia en Cataluña. Para saberlo no hace falta tener ninguna bola de cristal, ni ser una mente privilegiada en análisis geoestratégico europeo. Basta con escuchar a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. Si él afirma solemnemente que "No habrá referéndum de autodeterminación. Nunca, jamás", es que probablemente ya se esté hablando del cuándo y cómo. Ya sabemos que la verdad no es el fuerte de nuestro presidente.

La mentira ha sido hasta ahora el motor inmóvil del procés y eso no va a cambiar. El gran problema es que la falsedad venía antes de las filas indepes, de sus bulos históricos y económicos, de sus engaños tácticos a Rajoy y a Soraya, de sus triquiñuelas, de esa gran y estúpida trola en la que se ha convertido Cataluña -algunos castellanoescribientes hasta ya la redactan con ortografía fake: Catalunya-… El problema, decíamos, es que la trápala era monopolio de aquellos que querían desgajar de España su triángulo nororiental, pero con Sánchez el embuste ha llegado al corazón mismo de la nación, al Consejo de Ministros. Los vimos con los indultos y lo veremos con el referéndum que, tarde o temprano, se celebrará en Cataluña. No son pocas ya las voces europeas que empujan en esta dirección.

Así las cosas hay que empezar a preparar el plebiscito con un solo objetivo: derrotar en las urnas al independentismo. Todo lo demás son paparruchas. ¿Cómo? Algunas pistas las podíamos encontrar en la magnífica entrevista que Alejandro Martín le ha hecho en este periódico a Juan Millán Querol, profesor de la Universidad de Barcelona y coordinador general del PP de Cataluña. El señor Millán Querol cree que el constitucionalismo en general (no sabemos si el PSOE se sigue sintiendo cómodo bajo esta denominación) debe dejar de intentar contentar al nacionalismo con cesiones de todo tipo que cada vez lo hacen más fuerte. Es el momento de que los que no comulgan con la utopía payesa centren todas sus fuerzas en rearmarse política y socialmente en una Cataluña en la que se está ya rozando el punto de no retorno de la secesión. Resulta antipático decirlo, pero todo eso del reencuentro y de la reconciliación es el vellocino con el que se colará nuevamente en el corral hispano el lobo de la discordia indepe. La Cataluña españolista, "una mayoría social blanda", debe endurecer su membrana y prepararse para dar la batalla. No le queda otra. Y, sobre todo, no se fíen de Pedro Sánchez.

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