OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
No me gustaría pasar las vacaciones de Sánchez en Marruecos. Todo, imagino, que fue bonito el día 24 de julio, día después de las elecciones, pero ahora creo que el té moruno se le habrá atragantando un poco. Lo digo simplemente por el cambio de la historia de pactos que vive nuestro país. Por más que han luchado los socialistas en la Junta Electoral con el famoso escaño de Madrid, ahora la cosa se complica. Por sorpresa los de Abascal se han bajado del burro y han dicho que darán el apoyo a Feijóo sin pedir nada a cambio. Algo que a muchos ha dejado boquiabiertos y más con los líos de Extremadura o el que hay todavía en Murcia. Raro que no hayan pedido el ministerio de Agricultura o Caza. Por otro lado, tenemos a los de Coalición Canaria con un giro algo inesperado la semana pasada y ahora parece que las aguas se han calmado. Todo por una guerra que ya ha comenzado, la de la financiación autonómica. Sánchez lo tiene difícil y tiene que ser consecuente con lo que promete. A ERC y a JuntsxCatalunya más o menos sabemos el qué, pero ¿Al PNV? Posiblemente han pedido oro para las tierras vascas. Los de Ortuzar han dicho por segunda vez que “nanai” a los populares, así que algo muy bueno tendrán los Ferraz entre las manos para los nacionalistas vascos. Pero ojo, que no se anden con chiquitas. Hemos visto que los mejores negociadores de la historia de la democracia han sido ellos, pero no se juega con ellos. Sus electores, y los que no, están encantados. Dinerito fresco para la tierra pero, insisto, no se les puede tomar el pelo. Miren lo que bien que se llevaban con los populares en su día y luego pasó lo que pasó en la moción de censura de Rajoy. Aún así, los del PNV ahora van así por el miedo de EH Bildu. El partido histórico en Euskadi ha quedado antiguo y vienen los de Otegi comiéndole la galleta. La cosa para los socialistas, aún así, está un poco más complicada y más teniendo a un Puigdemont de por medio diciendo que quiere lo que quiere o si no, repetición electoral. Mientras tanto Feijóo sonríe un poco más y no tendrán que aguantar, si llega a la Moncloa, las chorradas pleistocenas de Vox. A cualquier periodista que le pregunte qué pasará, a día de hoy todo es un misterio. Una serie sacada de Netflix, con un final inesperado.
También te puede interesar
OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
Un relato woke de la extrema izquierda
Medio siglo
Equipo Alfredo
Mercé, El Taranto y Almería
Lo último