La ciudad y los días
Carlos Colón
Sinatra en la farmacia de la Alfalfa
Reflejos
Son muchas las clasificaciones realizadas sobre los tipos de espíritus, y apariciones, que narran aquellos objeto de su presencia. Los dividen en multitud de entes, mas resulta sencillo exponer un orden reducido, compuesto por una relación más simple, constituida por fantasmas, espectros y sombras.
Empezando por las “sombras”, las cuales son simplemente energías sin inteligencia, impregnaciones sólo de aquellos seres vivos que han existido. No se limita únicamente a los humanos, sino que también pueden abarcar a otros seres vivos, como animales, y hay quien incluye organismos vegetales más desarrollados. Son energías vitales que no desaparecen tras la muerte, quedando durante algún tiempo presentes, libres en bosques y campos abiertos, así como en recintos cerrados. Pero mientras hay un tipo de “sombras” efímeras, otras persisten, ya sea en lugares determinados, y sobre todo en edificios. Suelen proceder de individuos racionales, con gran apego a su entorno natural, riquezas o rutinas diarias, quedando fuertemente arraigadas en los solares que solían ocupar. Es una fuerza intensa, de aspecto oscuro. La oscuridad es ausencia de luz, falta de energía, luego su resistencia conlleva absorción de fuerza vital de seres vivos, para poder mantenerse, poseen una especie de inteligencia primigenia, despersonalizada, solo energía con instintos básicos no conscientes. Los seres vivos que penetran dentro de su espacio de acción sienten su presencia, unos de manera intuitiva, caso de animales, que huyen. O plantas, que marchitan. En cambio los humanos, ajenos a las sensaciones extrasensoriales perdidas, permanecen en esos lugares, sufriendo los efectos dañinos de las “sombras” devoradoras de vida. Enferman, sufren alteraciones psíquicas, se van consumiendo en los días, sufriendo alucinaciones y malestar permanente. Son lugares sujetos a influencias negativas, los cuales es mejor abandonar.
Los espectros son diferentes, carecen igualmente de inteligencia activa. Son reproducciones de la figura de sus antepasados vivos. Algunas veces incompletas, pues están en proceso de disolución. Su inteligencia es emocional, sujeta a sus placeres y lugares, aquellos en que ejercían sin desenfreno sus apetencias. Siempre reproducen el mismo trayecto, la misma acción, no interaccionando con el resto. Son inofensivos, quedan ligados a su parte racional, la cual al encontrar su camino rescata de esta realidad a su espectro. Su fijación a un lugar se relaciona con un suceso trágico.
Los fantasmas son otra cosa, seres conscientes, perdidos en nuestra existencia.
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