Andalucía Alucinada

Nino Joya

¿Su tabaco? no, gracias

Durante las próximas 24 horas morirán en España unas 142 personas por alguna causa atribuible al tabaco

Durante las próximas 24 horas morirán en España unas 142 personas por alguna causa atribuible al tabaco. Al año, según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), mueren en nuestro país unas 52.000 personas. La OMS señala que anualmente el tabaco mata en el mundo a más de 7 millones de personas, de las cuales más de 6 millones son consumidores directos y alrededor de 890.000 son no fumadores, expuestos al humo ajeno. El tabaquismo es una epidemia mundial, una adicción y una grave enfermedad; el tabaco, un producto de destrucción masiva. La nicotina es una de las drogas más sofisticadas jamás diseñadas por el hombre. Diez segundos después de comenzar a fumar, la nicotina ya está disponible en el cerebro. Decía Jean Paul Sartre que "la felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace". Los adictos, en realidad, no desean una gran parte del tabaco que consumen. Por eso el 70,1% de las personas que fuman han intentado dejarlo en más de una ocasión. Que el tabaco mata no lo discute nadie hoy en día. Sin embargo, en España, el número de fumadores sigue estancado en el 29% desde 2006. Tampoco las leyes parecen cumplirse ni las autoridades locales y autonómicas están por la labor de perseguir estos incumplimientos. Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid concluyó que el 80% de las terrazas incumple la normativa. Las "terrazas para fumadores" son un fraude donde niños y adultos (fumadores o no) comparten humo de tabaco. Se fuma en los bingos, en las casas de apuestas, en los parques infantiles y a las puertas de los hospitales (dense un paseo por Torrecárdenas y confirmarán este dato). Según un sondeo de la citada semFYC, la mayoría de la población está a favor de que se prohíba fumar en vehículos privados (77,3%) y en lugares públicos al aire libre (64,1%), como conciertos, piscinas, centros comerciales abiertos o estadios de fútbol. Hay que acabar con el hábito de fumar en los estadios, donde se supone que deporte y tabaco deberían ser incompatibles. Instalaciones como el Estadio de los Juegos Mediterráneos o el Estadio de la Juventud Emilio Campra podrían dar ejemplo. Por otro lado existe prueba científica de que el consumo activo y pasivo de cigarros electrónicos y pipas de agua no es inocuo para la salud, aparte de que no contribuye a la desnormalización del tabaco en nuestra sociedad. Subidas de precio de la cajetilla, empaquetado neutro o fondos públicos para los tratamientos de deshabituación son otras medidas necesarias para acabar con esta lacra del tabaquismo.

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