Santa Bárbara: 500 años con sus artilleros

El artículo 16 de nuestra Carta Magna garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto. El párrafo 3º de este artículo declara la aconfesionalidad del Estado, marcando así la distancia con otros periodos históricos en los que el Estado se definía católico, pero también con la declaración de laicismo de la Constitución de 1931, al establecer que "los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias de la sociedad española" y, en particular, "mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones".

Lo establecido en este artículo de la Constitución ha quedado regulado mediante la Ley Orgánica 7/1980, de libertad religiosa. Para hacer efectivo el mandato constitucional y lo establecido en esta Ley Orgánica, se ha desarrollado una legislación específica en el ámbito de las Fuerzas Armadas que regula los actos religiosos en ceremonias solemnes militares tales como el juramento o promesa ante la Bandera, la entrega de Bandera a una Unidad, los actos de entrega de Reales Despachos o Títulos, los actos de homenaje a los que dieron su vida por España, los entierros, celebraciones de carácter religioso con tradicional participación castrense y las celebraciones de las festividades de los Santos Patronos. Respecto a estas celebraciones, se ha fijado el Calendario de Festividades de las Fuerzas Armadas, en el que se especifica que para mantener la tradicional advocación de cada colectivo militar a un Santo Patrón o Patrona, es necesario adoptar dicho calendario; estas advocaciones consolidan costumbres arraigadas en el pasado y contribuyen a reforzar los lazos de unión existentes entre la gran familia militar de un mismo Cuerpo.

En el ámbito del Ejército de Tierra, una Norma General regula la celebración de los Santos Patronos y en cuya exposición de motivos nos dice que el desarrollo del componente moral y ético actuará como aglutinador e integrador del personal militar, fomentando el legítimo orgullo de pertenecer al Ejército español, promoviendo la motivación y la satisfacción personal, aspectos fundamentales que contribuyen a la operatividad de las Unidades.

Entre estos Patronazgos se encuentra el de Santa Bárbara el 4 de diciembre, día en el que los artilleros celebran la festividad de su Patrona. Precisamente, este próximo 4 de diciembre se cumplirán 500 años de la primera celebración de la festividad de Santa Bárbara en su historia, en Burgos, hecho avalado en el documento que se conoce con el nombre de "recibo de la pólvora", que se encuentra depositado en el Archivo de Simancas.

La Academia de Artillería, como organismo institucional del Arma, ha decidido conmemorar esta efeméride por ser la celebración más antigua documentada en nuestra Nación. Por eso, durante el presente año, la citada Academia y las unidades de artillería están llevando a cabo diversas actividades para celebrar esta efeméride. Segovia es la sede oficial de la celebración y el lema elegido: "Santa Bárbara, 500 años con sus artilleros". Para reconocer públicamente esta efeméride, el Arzobispado Castrense de España ha creado la "medalla conmemorativa del quinto centenario de la proclamación de Santa Bárbara como patrona de la artillería española". La citada distinción puede ser solicitada por todos los artilleros en cualquier situación, incluidos los antiguos artilleros de reemplazo (www.arzobispadocastrense.com).

Asimismo, la Santa Sede, a través de la Penitenciaria Apostólica, ha declarado un particular Año Jubilar de Santa Bárbara, con posibilidad de obtener indulgencia plenaria visitando uno de los lugares de culto oficialmente designados, entre ellos la capilla de la Academia de Artillería.

Decía Marcelino Menéndez Pelayo que: "Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión de ingenio y hasta de género, y serán como relámpagos que acrecentará más y más la lobreguez de la noche."

Las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas exigen en su artículo 21 que sus miembros se sientan herederos y depositarios de la tradición militar española; así mismo, su artículo 23 les exige conservar y transmitir el historial, tradiciones y símbolos de su Unidad, para perpetuar su recuerdo, contribuir a fomentar el espíritu de Unidad y reforzar las virtudes militares de sus componentes.

Mi felicitación al Arzobispado Castrense y a los artilleros por esta iniciativa.