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El presidente del Gobierno tras la huida de Paiporta declaró compungido; “son grupos de extrema derecha”, se refería al comando del Tío de la Escoba y dos de sus miembros. Al día siguiente, el Jinete Pálido (Ministro del Interior) declaraba que podría tratarse de “un asalto organizado”. Y puede que no le faltara razón, organizar las escobas de barrer, medir la longitud de sus palos, diseñar la logística de actuaciones, observar y detallar el recorrido y vigilar los tramos de la comitiva presidencial requiere unas mentes muy experimentadas y organizadas propias de un peligroso Comando posiblemente entrenado en Chechenia o Afganistán.
Por ello le pareció adecuado al Jinete Pálido (Ministro del Interior) enviar de inmediato a Valencia un helicóptero trasportando a la Unidad de Élite antiterrorista de la Guardia Civil como si de un peligroso comando terrorista se tratara. No había dudas, Pedro Sánchez, es decir el Estado estaba en peligro. Mientras trascurría este tiempo crucial, el Comando del Tío de la Escoba ya había tenido tiempo de esconder las escobas, borrar huellas del barro, deshacerse de los teléfonos móviles, limpiar los discos duros de los ordenadores y destruir todas las fichas y pruebas que pudieran concernir al caso. Incluso huir. Muy arriesgado esto de atentar contra un presidente de gobierno con un palo de escoba. Mas aún en un país como España con larga tradición de magnicidios cuando los presidentes de gobierno caían como dátiles maduros. Hay opiniones extendidas sobre la trama organizada del Complot del Palo, mentes maliciosas dicen que ha faltado grandeza, difícilmente se puede sostener un relato épico con este argumento porque las imágenes de TVs ofrecieron un espectáculo patético, un palo de escoba volando que ni siquiera le rozó y un presidente huyendo cabizbajo y dejando solos al Rey y su esposa. Cada español ha de repartir una cuota de vergüenza nacional por esta imagen del Presidente del Gobierno de España. Plufff
Y entrados en la vergüenza, señalar el ridículo sobre las sospechas de los presuntos autores del atentado porque a quienes han identificado la Guardia Civil entre los alborotadores ha sido un vecino de Paiporta que barría el fango, otro vecino de Albal que acudía voluntario a sacar enseres y despejar las calles y otro de Godella igualmente voluntario en tareas de limpieza. Ninguno de ellos con antecedentes penales ni relaciones con organizaciones criminales. Los agentes encargados de la investigación señalan que no hay ni un solo indicio de la extrema derecha ni de alguna organización con fines magnicidas. El juez de instrucción les ha dejado en libertad.El ridículo del Jinete Pálido (Ministro del Interior) ha motivado a los humoristas en las redes sociales desbordando con memes y humor negro un monolito del Tío de la Escoba.
Esa coña marinera con una pizca de mala leche que cunde entre el pueblo llano y que ahora ridiculiza la escapada Pedro Sánchez y las desmesuras del Jinete Pálido tratando este incidente como un asunto de amenazas de muerte. En su mente y acontecida cara de acojonado, no podría ser de otra manera, el Jinete Pálido habría imaginado la escoba como un misil con carga nuclear guiado por rayos láser. Otra vez el ridículo en su formato XXL protagonizado por unos cobardicas que casualmente ejercen de políticos. Habrá que prohibir el uso de las escobas con palos, nunca se sabe si las carga el diablo.
Agotada la vía de la sátira ahora viene un repaso a las hemerotecas. Trascurridas las primeras jornadas de dolor los españoles y singularmente los valencianos esperan impacientes la obligada visita de Sánchez, esta vez arropado y escoltado por fuerzas de la ONU para inspeccionar los trabajos realizados y valorar la situación de la Zona Cero de la catástrofe. Los más ancianos le recomiendan que busque un ejemplar del diario Arriba o ABC, cuando la visita de Franco a Valencia y el entusiasta recibimiento que tuvo según las imágenes de NODO.
Al margen de las conjeturas, Sánchez podría tomar nota sobre el anuncio en aquel mismo acto de la construcción del Plan Sur diseñado por Ingenieros de Caminos unas obras capaces de desviar y contener las aguas del río Turia en caso de crecidas y desbordamiento. Era octubre de 1.957 con la ciudad inundada y 81 fallecidos. El proyecto sería capaz de evitar otras inundaciones en la ciudad de Valencia . Aquellas obras también incluían el Pantano de Forata y se inauguraron en 1.969, desde entonces la ciudad de Valencia como se ha comprobado ahora no ha vuelto a conocer inundaciones. Los proyectos de la Presa de Cheste de 2002 y el que presentó Compromís en 2020 ambos rechazados por gobiernos socialistas pueden ilustrar al Presidente del Gobierno y a su Ministra de Incompetencia Ideológica sobre posibles soluciones para evitar otras inundaciones y víctimas mortales a causa del Barranco del Poyo y del rio Magro.
Sánchez y su ministra Teresa Ribera sabrán ahora que el precio de “respetar el curso de los ríos” son vidas humanas y daños inconmensurables. Y habrán de enfrentarse a un dilema histórico; o bien asumen la necesidad perentoria de construir la presa de Cheste o retomar la propuesta de Compromís sobre ejecución de obras en la cabecera el Barranco de Poyo e incluso ampliar el proyecto para aumentar la capacidad de contención.
Las evidencias señalan que ya es hora de guardar en el armario el fanatismo ideológico sobre la naturaleza y el hombre y por respeto a 217 ciudadanos fallecidos y tantos desparecidos asumir una política sensata garantizando como es su deber la vida de los cientos de miles de ciudadanos amenazados por estas ramblas y ríos. Las inmensas posibilidades de la ingeniería y la tecnología muy superiores a 1.957 lo hacen posible, es un reto ineludible para un buen gobierno evitar futuros duelos y lamentos. Los intereses ideológicos y partidistas reciben en este escenario de devastación el repudio ciudadano cuya imagen gráfica ha quedado grabada en Paiporta.
Si bien hay otra salida más contemplativa; que todo siga igual y dejar a los valencianos al azar y la mala suerte mirando al cielo cada otoño con sacos terreros y trajes de buceo esperando los previsibles y anunciados desbordamientos del Barranco del Poyo y del rio Magro. Después vendrían las escenas conocidas de los políticos acudiendo con gesto dolorido a lamentar el número de víctimas mortales, cuantificar los daños producidos, agilizar con premura los dineros públicos y fotos en primera página.
Cabe una mención al naturalista y científico valenciano Antonio José Cavanilles y su libro datado en 1.795 titulado “Del Reyno de Valencia” escribe en su página 159 que “recorrió aquellos lugares del Barranco de Poyo y los describe con exactitud señalando “ que su profundo y ancho cauce siempre está seco, salvo en las avenidas cuando recoge tantas aguas y corre tan furiosamente que destruye cuanto encuentra”. Después del entierro de los muertos el ”escudo” de Mazón sin duda incompetente, no bastará para esconder responsabilidades del gobierno de España en este duelo nacional.
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