Una de las iglesias más antiguas de Almería, convertida en un corral de cabras
Patrimonio
El monumento, que se encuentra abandonado desde hace casi medio milenio, ha aparecido cercado con tres palés y con una gran cantidad de excrementos en el interior
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El desprecio por el patrimonio histórico es un mal que sufre Almería desde hace mucho tiempo. No es algo nuevo. Para muestra, existen muchos ejemplos de joyas históricas que languidecen casi derruidas, como el Palacio del Almanzora (Cantoria), la Torre de los Alumbres (Rodalquilar, Níjar) o, hasta hace nada, el Cortijo del Fraile (Níjar).
Hay muchos castillos, torres o iglesias con siglos de historia que no cuentan con protección alguna por parte de las autoridades. Uno de esos monumentos es la iglesia-mezquita de Teresa, ubicada en medio de Sierra Cabrera (Turre). Una de las iglesias más antiguas de la provincia de Almería (se comenzó a construir en 1505, según el historiador Juan Grima) que, a pesar de su valor patrimonial, ni siquiera está declarada como Bien de Interés Cultural.
Esta iglesia-mezquita (se construyó sobre un anterior templo musulmán) es la triste protagonista del último episodio de ese citado desprecio por el patrimonio histórico almeriense. El monumento ha sido cerrado con una rudimentaria puerta elaborada con palés para ser utilizado como corral para el ganado, presumiblemente para cabras —aunque también pueden haber sido ovejas—, según los excrementos que se pueden ver amontonados en su interior.
Dos de los palés de madera han sido atados a ambos lados del vano de la puerta de la iglesia, amarrando las cuerdas a las propias piedras del monumento, que cuenta con más de medio milenio de historia. Un tercer palé, que sirve como puerta de este improvisado vallado, se encuentra atado a otro de los palés (el de la izquierda), haciendo las cuerdas la función de bisagras. Para cerrar la puerta y evitar que los animales se puedan escapar han colocado un tronco de madera de una longitud suficiente para unir los tres palés y así, desde el exterior, se entrecruza por los listones de madera dejando la valla totalmente cerrada.
Diario de Almería pudo comprobar este mismo domingo 19 de noviembre la existencia de ese vallado. Dentro de la nave principal de la iglesia-mezquita del siglo XVI se aprecia una gran cantidad de excrementos de ganado ovino y/o caprino, por lo que se presupone que el templo ha sido utilizado como corral. Si bien, este domingo no había ningún animal, aunque el vallado de palés seguía instalado.
Comparando con las imágenes tomadas para el reportaje sobre la iglesia publicado en mayo de este mismo año, se aprecia cómo el ganado ha acabado con todas las plantas que había en el interior de la nave. La teoría más posible es que algún pastor guardase el rebaño allí durante unos días para después abandonar el edificio, sin ni siquiera retirar el vallado de palés que permanece atado en el propio monumento.
"Es un sacrilegio"
El Ayuntamiento de Turre, preguntado al respecto por este periódico, ha mostrado su sorpresa y malestar por el uso de uno de sus principales monumentos como corral para el ganado. La concejal de Cultura, Celia González, lo califica de "sacrilegio" y asegura que pondrá todos los medios a su alcance para proteger la iglesia-mezquita de Teresa. "Este Ayuntamiento quiere poner en valor todo nuestro patrimonio histórico, pero hay que ver cómo podemos hacerlo, ya que nuestros medios propios son escasos, pero intentaremos contar con el apoyo de la Diputación y de la Junta de Andalucía", dice la edil.
Por otro lado, Celia González asegura que tienen en marcha un proyecto para el acondicionamiento y mejora del sendero que va desde Teresa hasta Los Murtales, y que se hará a través de la Mancomunidad de Municipios del Levante Almeriense.
Para el investigador Francisco Bernardo Pérez López, autor del libro "La iglesia-mezquita del Lugar de Teresa: orientación y simbolismo", este caso es un ataque más a un monumento que "ya debería estar protegido". Por eso, Pérez pide a las instituciones que actúen para darle a la iglesia la catalogación de Bien de Interés Cultural.
Según pudo constatar Francisco Bernardo Pérez durante su investigación sobre la iglesia-mezquita, en los últimos años la iglesia ha sufrido algunos daños, como la aparición de escritos en las paredes, rayados con algún elemento punzante sobre el mortero original, lo que supone un grave perjuicio para un edificio con más de 500 años de antigüedad.
Asimismo, algunos vecinos dicen que en las décadas pasadas desaparecieron otros elementos del monumento, como algunos fragmentos de la fachada. Hoy en día se puede ver el hueco que alguna vez ocupó el escudo del obispo, sobre la puerta, así como la sustitución de la piedra original del clave del arco de la puerta, es decir, la dovela central.
Ataque de los piratas y abandono de la población
El Lugar de Teresa lleva muchos siglos deshabitado. De sus pasado solo queda la iglesia como testigo, así como algunos restos de murallas en la cima del cerro de Los Lugares.
En 1501 surgió una revuelta en Teresa debido a la tensa situación que se vivía tras la reconquista por el abuso de los cristianos. Gran parte de los habitantes del lugar huyeron a África dejando bienes y posesiones que fueron confiscadas por las autoridades cristianas y vendidas en almoneda pública.
En 1053 y 1504 ya habían huido casi todos los vecinos originales, quedando 10 familias que fueron trasladas a otro lugar y otras dos que se fugaron junto a otras 14 familias de Cabrera el 13 de abril de 1505. Ante esta situación, en 1506 Juana de Castilla mandó repoblar Teresa, con hasta 60 vecinos. Pero en 1507 ya muchos se habían ido por la esterilidad de la tierra y el peligro de los moros. Poco después, en 1511, se produce un ataque de piratas berberiscos, guiado por los mismos moriscos que habían huido años antes, capturando a los nuevos pobladores y llevándoselos a África.
En 1516 se volvió a repoblar, con 26 moriscos para trabajar en las minas de hierro de la zona. Y los conflictos fueron constantes hasta que en 15679, tras la Rebelión de las Alpujarras, los moriscos que quedaban en teresa huyeron a Berbería con la ayuda de cuatro navíos.
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