La tapia con sifón
Antonio Zapata
Pudieron ser estrellas, 4: Espronceda
GANADERÍA: Corrida de Cebada Gago, desiguales y escasos de fuerza, que no transmitieron y desarrollaron más genio que raza. Al noble cuarto se le dio la vuelta al ruedo y el sexto se rajó. TOREROS: José Pedro Prados 'El Fundi': de nazareno y oro. Estocada desprendida (silencio) y pinchazo y estocada (oreja tras aviso). Juan José Padilla: de amaranto y plata con cabos negros. Estocada (una oreja con fuerte petición de la segunda) y estocada caída que hace guardia y estocada defectuosa (ovación). Jesús Fernández 'Yiyo': de blanco y plata. Pinchazo y media estocada (palmas) y pinchazo, estocada y descabello (palmas). INCIDENCIAS: Plaza de toros de Granada. Domingo 27 de septiembre de 2009. La plaza registró menos de un cuarto de entrada en una tarde de nubes y claros y temperatura fresca. Al final del festejo el jerezano Juan José Padilla pasó por la enfermería y fue intervenido por el doctor Sánchez Ortiz. Según el parte médico, el torero sufre una herida en el tercio inferior de la cara interna del muslo derecho, con dos trayectorias, de 10 y 12 centímetros. Se le colocaron dos drenajes y se administraron antibióticos. Su pronóstico es menos grave.
Ayer se cerró el ciclo taurino 2009 en la capital granadina, y casi todo fue gélido en el coso de Doctor Olóriz, con alguna excepción. Fría la tarde, mucho cemento en los tendidos, unos Cebada Gago que tuvieron el interés de no ser bobalicones, pero que el genio ganó con creces a la raza, y salvo el cuarto, que se premió con la vuelta al ruedo y fue noble, los demás tuvieron poco recorrido y desarrollaron un sentido que incomodó, a veces en exceso, a los actuantes. Incomprensiblemente parte del público pidió el indulto de Cansado, el segundo toro del lote de El Fundi que, pese a tener la virtud de la embestida clara y de humillar, salió suelto en algunas fases de la lidia y además terminó entregándose junto a toriles, cosa que no califica a los toros bravos precisamente, pero es lo que hay.
Por cierto, a los toros se les dio duro en el caballo y casi siempre se les cerró la salida para que el castigo fuera 'ejemplar'. Además, alguien debería decirle a Vicente Yesteras, o a su matador Padilla, que las rayas de picadores tienen su función y reglamentación, y al toro no se le mete debajo del caballo prara que el piquero de turno lo reviente. Pasó en el segundo, y son detalles que hay que recordar para que no vuelva a suceder.
Es justo también resaltar la magnífica brega del peón de Yiyo en el tercero, Raúl Corralejo demostró que cuando uno conoce su oficio y las cosas se hacen con seriedad, todo resulta mucho más taurino y de verdad. Otro destacado es el de los toreros. La presentación en Granada de José Pedro Pérez El Fundi, se justificó sólo en el segundo de su lote, eso sí, con creces. Juan José Padilla acudió a su repertorio para arrancar la oreja del segundo y Jesús Fernández Yiyo no tuvo lote y para colmo tampoco se sintió en exceso, casi todo le venía con el aire en contra, y fue una pena la oportunidad que no se pudo aprovechar, con lo caras que están las ocasiones.
Llegaba El Fundi desmonterado a Granada, y con una difícil temporada detrás. Blandeó su primero en el capote y, tras un trasteo improductivo, a un toro a la defensiva, el madrileño se dispuso en una faena de escaso compromiso y contenido con excesivas precauciones. Tampoco al natural se le vio nada y la impronta de su presentación no fue buena. Pero faltaba por saltar el cuarto a la arena y, pese a no tener excesos de fuerza en el capote, lo tocó con suavidad para no quebrantarlo. Tuvo al virtud de templar y torear con ligazón, bajando la mano en numerosas fases de la lidia. El torero se iba sintiendo y la faena tuvo continuidad y momentos importantes y de toreo de altura.
Juan José Padilla no es precisamente torero de ortodoxas, pero al menos intentó agradar, sobre todo en su primero, en el que echó mano de la épica tras ser cogido al salir de un quite por chicuelinas al paso. Se hizo un torniquete y a por las banderillas, puestas con una merma física importante. Se sale doblándose con el toro, pero el animal busca y se queda. Con tandas cortas y medios pases escasos logró llegar a un tendido que valoró su voluntad y lucha titánica más que reprobar su toreo atropellado. En peor estado aún salió a recibir al quinto y Padilla estuvo por allí frente a un toro descompuesto que defendió su blandura. Voluntad sin fruto buscando un sitio que no encontró y una faena que no existió.
Yiyo tiene pocas oportunidades, y todas se las tiene que ganar en la arena con sudor, y para una ocasión como la de ayer con la televisión de testigo, ni tuvo suerte al sacar el papel del sombrero de la suerte, ni se sintió como en sus mejores tardes. Su primero embistió descompuestos en el capote, y tras poner banderillas de poder a poder, clavó las rodillas en al boca de riego y citó de lejos para una tanda emotiva. Pero poco más, la blandura del astado y que E l Yiyo se dejó enganchar no dieron un c conjunto armónico. El torero no se sentía cómodo y el animal tampoco ayudó con su incesante calamocheo.
Al sexto se le dio duro en el caballo y tras poner banderillas comprometidas, el toro blandeó en el comienzo de faena, pero lo sacó con firmeza. El astado duró poco y se rajó sin llegar a transmitir, pero para que no faltara de nada, Jesús tampoco se sintió demasiado y se dejó prender en engaño a menudo. Buscó las cercanías, pero el toro ya hacía rato que había renunciado a la pelea y todo quedó frío en el ambiente. Una pena.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios