UD ALMERÍA

El Almería se hunde con un bagaje paupérrimo en casa contra los rivales directos

Leo Baptistao reclama una acción al colegiado en el duelo liguero.

Leo Baptistao reclama una acción al colegiado en el duelo liguero. / Javier Alonso (Almería)

El curso pasado, que con el paso de las jornadas se va idealizando todavía más, se generó una corriente de debate en la que Rubi estaba en la diana por su firme discurso de distinguir a los rivales por sus objetivos. El Almería, con la permanencia como meta, solventó la papeleta contra los rivales directos, especialmente en los encuentros disputados en los Juegos Mediterráneos.

La fórmula mágica funcionó con 29 de 33 puntos posibles frente a los equipos que compartieron la zona baja con los rojiblancos. Solo hubo dos tropiezos: el empate conseguido sobre la bocina contra el Cádiz y la igualada sin goles frente al Real Valladolid en la penúltima jornada. Sevilla, Rayo Vallecano, Girona, Getafe, Celta de Vigo, Valencia, Espanyol, Mallorca y Elche cayeron en los Juegos Mediterráneos.

De ese panorama se ha pasado a la absoluta decadencia. Los empates se han convertido en la anécdota nuevamente, con la diferencia que las derrotas son la monótona rutina de este equipo. Contra los contrarios de la misma liga y los tres ascendidos, las noticias negativas se han sucedido en tierras almerienses salvando las igualadas frente a Mallorca y Granada, con más sabor a oportunidad perdida que a conformidad por el punto logrado. Solo dos de 18 puntos en un parcial determinante para los intereses indálicos.

César Montes conduce con el balón en campo rival. César Montes conduce con el balón en campo rival.

César Montes conduce con el balón en campo rival. / Javier Alonso (Almería)

En la etapa de Gaizka Garitano, tres duelos han marcado el paso del técnico de Derio en el feudo rojiblanco. El partido contra Las Palmas fue el primer día en el que la situación pudo enderezarse, el día del Mallorca volvió a presentarse como otra gran oportunidad y el Alavés era el día D y la hora H. La primera victoria ni se rozó en ninguna de las tres ocasiones.

La retirada de las gradas supletorias ha supuesto el alejamiento de los aficionados y un argumento más para que la historia de un equipo ganador como local se haya convertido en una mera parodia de lo que fue. Una decisión con la intención de reformar el estadio, aunque con el rumbo del Almería hacia la categoría de plata, la medida ha podido suponer un tiro en el pie de los actuales dirigentes de la entidad unionista.

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