UD Almería I Real Zaragoza I Contracrónica

Ramazani sirve el cava

  • El Almería saca con nota un partido complicadísimo al no caer en la trampa de los de JIM

  • La afición pasa de tirarse de los pelos por las ocasiones falladas a quitarse el sombrero por la exquisitez de los minutos del belga

  • Minuto a minuto

  • La crónica del partido

Ramazani, que puso la guinda, celebra el 3-0.

Ramazani, que puso la guinda, celebra el 3-0. / Javier Alonso

El partido tenía su miga. Último de 2021 en casa, las vacaciones a la vuelta de la esquina que siempre tienen un efecto mentalmente relajante a lo que puede sumarse el colchón de puntos con los perseguidores, un rival incómodo, de los que se atraganta... Y encima, para tentar más a la suerte, el partido comenzó con merecido festejo por Fernando y su trofeo de mejor jugador del mes de noviembre. Todos los condicionantes para que más que a dulce mazapán, la despedida del año en el Mediterráneo tuviera un sabor algo más áspero, a algún tipo de almedra sin garrapiñear.

El equipo lo sabía, no le pilló de imprevisto la tarde se presentaba digna de llevarse una sorpresa. Por simple estadística, la derrota llamaba a la puerta rojiblanca. Por eso Rubi había avisado a sus jugadores en la previa y éstos le quisieron meter un ritmo inicial que quizás se echó de menos ante Huesca y Fuenlabrada. El Almería se posicionó arriba, con presión adelantada y buscando con más verticalidad que claridad la meta maña. Sin embargo, el ritmo más ramplón del rival, con cortes de juego continuos, poco a poco se iba imponiendo.

Es el único equipo invicto en casa en la primera vuelta, tan sólo ha cedido empates ante Las Palmas y Huesca, que también pudo ganar

El partido, malo en la primera parte, iba a ramalazos. Cuando el Almería cabalgaba, el Zaragoza no sabía cómo frenar a los de arriba; cuando los maños conectaban dos o tres pases, desactivaban por minutos a los de Rubi. A la media hora, el Almería quiso meterle una marcha más, el ritmo había bajado prácticamente al de pachanga invernal. Conectaron bien los de arriba con los pases de Portillo y tanto Arnau como Sadiq tuvieron dos mano a mano con el meta maño, pero no acertaron. Dio rabia especialmente la del nigeriano, negado en las últimas jornadas, que tuvo tiempo para escoger el mejor lanzamiento y escogió picar, la peor opción. Como el penalti ante el Huesca. ¡Qué diferencia del Sadiq matador de hace unas jornadas con el Sadiq fallón y de gesto torcido de las actuales!

Las manecillas se iban acercando al descanso con un guión de juego más próximo a lo que quería JIM. Fernando no tenía que demostrar por qué había recogido el trofeo unos minutos antes (muy merecido a propósito a lo largo de toda su trayectoria como rojiblanco), pero el haber convertido el partido en un tostón podía traer más desgracias que alegrías para los de Rubi. Cualquier jugada aislada de los maños, podía pillar descolocado a un Almería que trataba de exponer más, pero que se iba apagando, desconcentrando.

Recogida de la Cruz Roja. Recogida de la Cruz Roja.

Recogida de la Cruz Roja.

Recogida de juguetes en la previa del partido para que todos los niños rían por Navidad

Hubo un último ramalazo, un intento de salir del hechizo de JIM. En la primera acción Sadiq lo hizo todo bien: peleó, ganó, regateó y puso el pase de la muerte cuando normalmente se ciega con el portero. Después de hacerlo todo bien, falló en lo más sencillo, en ponerle el balón al pie a Portillo. Segundos después, Lazo envió al Puche desde el punto de penalti una buena asistencia rasa del malagueño. Sin hacer una primera parte de ensueño, los de Rubi habían tenido sus ocasiones claras pero las habían desaprovechado. Mal presagio.

Otra ocasión muy clara para arrancar la segunda mitad, con un botepronto de Portillo que salió un par de metros por encima de la meta de zaragocista. La tarde apuntaba a la clásica de fallar mil y una muy claras, y en la más tonta encajar. A los 55’, otra más. Parecía ya un concurso, más que un partido. Cabalgada, disparo buenísimo de Arnau y gran estirada de Álvarez y en el rechace, mientras Sadiq se desentiende al estar echándole la bronca al catalán, Samú estrella el balón en Chavarría sin portero. Para tirarse de los pelos Para tirarse de los pelos y para que Rubi se pensara si llamarlo al orden.

Sadiq se quita un peso de encima

Entre que se lo pensaba, el nigeriano se iba a ganar el perdón. Otra gran contra y la punta de velocidad de Sadiq que iba a desestabilizar la muralla visitante. Francés se siente perseguido, el meta Álvarez sale a la desesperada, choque, balón muerto y 1-0. Por fin, en la que menos pinta tenía. Al César lo que es del César, Sadiq provocó con su intimidación todo el desaguisado maño.

No le quedaba otra al Zaragoza que irse arriba. Si con el empate el Almería había montado mil contras, todo el mundo confiaba ahora en un millón de ellas para sentenciar. Rubi contribuyó a ella dando entrada a más pólvora en ataque y principalmente a un futbolista que está tocado con una varita mágica: Razamani. El belga se sacó de la chistera un taconazo que es de lo mejor que se ha visto en el Mediterráneo desde su inauguración. Pozo aceptó el regalo e hizo el 2-0. Felicidad desbordada en la grada, el líder les sacaba la mejor de sus sonrisas por Navidad.

La afición está encantada con su equipo. Pozo, no lo dudes, dale tu camiseta que se lo merece por Reyes. La afición está encantada con su equipo. Pozo, no lo dudes, dale tu camiseta que se lo merece por Reyes.

La afición está encantada con su equipo. Pozo, no lo dudes, dale tu camiseta que se lo merece por Reyes.

Y la guinda la ponía el propio Ramazani. Se lo merecía. 3-0 y fiesta completa en la grada y en el césped. El Almería había superado una prueba muy exigente con nota. ¿Sobresaliente? Pues sí, pero falta un partido y puede caer la matrícula.

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