Los míticos pimientos tempranos de Dalías llegarán este año con retraso
Agricultura
Son famosos por ser los primeros que llegan al mercado, en plena canícula de verano, pero los 'bichos' han obligado a cambiar el calendario
Un olivo con siglos de historia se seca sin remedio
Puede que veinte días no sean nada en la vida de un ciudadano de a pie, pero en el campo pueden ser un universo de diferencia. Es lo que este año se van a retrasar, de media, los míticos pimientos extratempranos de Dalías, el cultivo estrella de este municipio del Poniente, con origen en la época de Al-Andalus y que supo convertir el declive minero en oportunidad para la agricultura.
Las variedades que primero llegan al mercado no se sembraron, como suele ser lo habitual, en la segunda quincena de abril o primera de mayo, sino que algunos productores, como es el caso de Fran Criado, han retrasado varias semanas los trabajos. “El año pasado hubo plagas y se está intentando retrasar para luchar menos”, cuenta. Y es que, en el verano que ya asoma en el calendario, las temperaturas tórridas que se registran son el mejor ecosistema para la proliferación de estas plagas. “Se busca el tiempo más fresco”, sintetiza Fran. Es así para quienes optan aún por los fitosanitarios, cada vez más restringidos por Europa por su daño al planeta.
El clásico ‘mar de plástico’ del Poniente almeriense es el que más está sufriendo en los últimos meses con los ‘bichos’. Hasta la mitad de invernaderos de municipios como Adra, Balanegra, El Ejido o Roquetas de Mar han detectado focos pequeños en la última campaña. El frío, resume el informe de la Junta de Andalucía que analizaba la pasada primavera este fenómeno, ayuda a que la incidencia en plantas sea cada vez menor, aunque el cambio climático provoca que las horas gélidas sean cada vez menos.
A Paco, uno de los mejores amigos de Fran en esto de cultivar, le ha pasado lo mismo. Ha tenido que esperar un par de semanas más para poner el pimiento. Si se le pregunta por la fase de cultivo, lo tiene claro. “Ahora mismo estoy en el momento de muchos gastos, porque aún no hay fruto y hay que invertir para ponerlo grande”, cuenta. A él se le conoce en la zona como ‘el carnicero’, porque esa era la profesión que tenía antes. “Lo hacíamos todo artesanalmente, pero llegaban las grandes marcas y lo vendían más barato”, recuerda. Vio la oportunidad de comprar un terreno y no se lo pensó.
Aunque la vida en el campo es dura. Parte del retraso que lleva este año es porque, tras una mala racha en la zona con el pimiento por el Parvispinus, se decidió a poner calabacino, un cultivo de primavera. Casi le hace quebrar. “Ha estado muchas semanas a diez céntimos el kilo, ha sido pésimo”, rememora.
Espera que el pimiento extratemprano, que suele cotizarse a precios altos al llegar a los mercados en un momento en el que no hay más cosecha, se venda bien este año. “Debería estar sobre los dos euros el kilo, que es el precio que permite que sea rentable”, detalla. El año pasado no fue ese caso. “Rondó los 60-70 céntimos porque aún quedaba producto de Murcia, no nos dio para nada”, asegura su amigo Fran. “Si miras la pizarra, da miedo”, deja caer ahora Paco.
Si se siembran más tarde, se recolectan más tarde
Que se retrasen en la siembra implica que lleguen más tarde al mercado. Seguirán siendo los primeros, pero más pegados al final del estío. “Si se siembra bien, hay que esperar 85-90 días para recolectar, pero se puede adelantar si el tiempo es bueno. Es clave que no haga mucho calor, que no dañe los frutos”, cuenta Fran.
Un cambio en las fechas que, esperan los productores, permita dejar algo más de dinero en la cuenta corriente. “La expectativa es que los pimientos que se empiezan a cosechar en agosto tengan un precio rentable, los gastos que hay para producirlos son mayores que cuando hace frío”, defiende. Uno de esos gastos que van en aumento es sulfatar, impregnar de este producto el terreno para que las plagas no lo destrocen. Bien lo sabe Paco. “Antes sulfataba una vez a la semana y ahora hay muchas veces que tengo que hacerlo dos”, asegura. Esto implica un desembolso económico mayor.
Moisés Rodríguez es otro de los agricultores que decidió plantar más tarde, con hasta un mes de diferencia respecto al año pasado, pero no cree que vaya a ser un hándicap. “En agosto habrá menos oferta, es un mes muy bueno para los precios”, cuenta. Él ya tiene el pimiento verde, pero le falta el rojo, que será el que recolecte cuando el calor haga más daño en los humanos. El ‘oasis oculto’ de Dalías, cubierto bajo plástico, sigue con su tradicional paisanaje de pimientos, santo y seña de su agricultura, pese a las adversidades.
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