Más de 280 kilómetros en ruta por la falta de calabozos para los detenidos de la Guardia Civil en Roquetas
Un inexplicable conflicto con la Jefatura de Policía Local condena a los agentes de la Guardia Civil a realizar desplazamientos para trasladar detenidos a celdas de la Comandancia de Almería y puestos principales de Adra, Huércal o Níjar
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Años de estrecha colaboración institucional de la Guardia Civil y la Policía Local en Roquetas, conscientes de la importancia de su alianza para la mejora de la seguridad ciudadana en una de las localidades más pobladas y con mayor número de delitos de la provincia, tirados por la borda en cuestión de días. Las relaciones se han resquebrajado desde principios de mes por la imposición de un nuevo criterio por parte de la Dirección General de la Benemérita que reorganiza las competencias de cada cuerpo, lo que ha limitado la capacidad de actuación de los policías locales con denuncias tan sencillas como los hurtos o extravíos provocando un profundo malestar en la institución roquetera. A principios de la semana tuvo lugar una reunión de los mandos de la Jefatura y Comandancia para acercar posturas.
Las consecuencias directas de esta crisis institucional la están sufriendo los guardias civiles de Roquetas, con una plantilla que ronda las 200 plazas, porque se han quedado sin los calabozos municipales que venían usando hasta la fecha al carecer de esa instalación tan necesaria en el puesto principal. Agentes que podrían estar patrullando las calles y barrios de la localidad tienen que realizar traslados de media hora como mínimo para llevar a los detenidos a celdas de la Comandancia de la capital o del puesto de Adra. En alguna que otra ocasión esta excursión se ha prolongado hasta Huércal de Almería, Níjar o incluso Garrucha, siendo una situación que resta operatividad a las unidades y genera riesgos adicionales como los intentos de fuga, accidentes de tráfico o problemas burocráticos con el cambio de partido judicial.
Una patrulla vivió el pasado 10 de julio una auténtica odisea en su jornada verpertina con dos desplazamientos al puesto principal de Níjar, incluyendo parada en el hospital de El Toyo, unidos a vigilancias en Roquetas. Fueron más de 280 kilómetros en coche durante la tarde por la falta de calabozos en su base principal. Según el itinerario del servicio, al que ha tenido acceso Diario de Almería, tuvieron que llevar a un primer detenido hasta las dependencias nijareñas del Instituto Armado porque no había celdas disponibles en otras demarcaciones y volver a Roquetas. Una vez allí hicieron tres gestiones negativas para un intento de detención de Viogen y la vigilancia de una víctima de violencia de género. Después se produjo otro arresto de una persona que había quebrantado esa orden de alejamiento y también se derivó al puesto de Níjar. Eso sí, antes tuvieron que parar en el hospital de El Toyo para que recibiera asistencia por ataque de ansiedad.
A continuación, la patrulla retornó a Roquetas con casi ocho horas de desempeño en la que habían recorrido más de 280 kilómetros, un servicio maratoniano que se repite con mayor frecuencia en fines de semana y festivos en los que no está disponible el equipo para conducciones y traslados. En esta localidad del Poniente sólo hay dos celdas con una media superior a las mil detenciones anuales (y más de 10.000 diligencias) y el puesto principal de Vícar no tiene ningún calabozo. El traslado más habitual, desde que no se llevan a la Jefatura de Policía Local, es a la Comandancia de Almería que tiene diez plazas, si bien cuando está colapsado optan por el puesto de El Ejido con tres celdas o el de Adra. A partir de ahí, en función de la capacidad, se han llegado a realizar traslados a Huércal de Almería, Níjar e incluso Garrucha.
Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) han lamentado el “estado crítico” de las relaciones con Policía Local de Roquetas y el deterioro para el servicio en una localidad con un “déficit de efectivos” en la calle alarmante, sobre todo durante el verano, para poder responder ante la comisión de delitos o cualquier emergencia. El colectivo exige a Subdelegación la convocatoria urgente de la junta local de seguridad en la que solucionar este problema en la custodia de detenidos. En primer lugar lamenta la falta de instalaciones adecuadas en este puesto de la Guardia Civil en condiciones precarias y pésimo estado de conservación, además de su limitada capacidad porque fue construido para atender a 15.000 residentes con 30 agentes y hoy superan los 102.000 vecinos y son casi 200 guardias civiles y a su vez reclama, al igual que viene haciendo el Ayuntamiento, una mayor dotación de plantillas y medios para esta localidad.
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