Almería, al son de La Magna

En la Edad Media el 99% de la gente era analfabeta. Puesto que eran incapaces de entender la Palabra de Dios escrita, era necesario acercársela de otras maneras. Así surgieron la ornamentación escultórica y pictórica de las iglesias, los belenes y las procesiones para explicar los Evangelios, el Nacimiento y la Pasión y Muerte de Jesucristo respectivamente. Pues bien, ayer Almería se retrotrajo a aquella época y en diez pasos toda la ciudad pudo ver reproducida la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Los diez pasos discurrieron por la recién estrenada Carrera Oficial en estricto orden cronológico, algo que se debía intentar hacer en la Semana Santa. Eso de que el Martes Santo muera Cristo (en El Amor y El Perdón) y el Miércoles veamos su Oración en el Huerto y su Prendimiento suena raro. Pero a lo que íbamos. La que ayer nos proporcionó la Agrupación de Cofradías fue una auténtica procesión Magna, la representación dramática de la Pasión de Cristo, su Muerte y su Resurrección al tercer día perfectamente inteligible por todos.

Comenzó La Magna a las cinco menos veinte de la apacible tarde otoñal con la entrada de Cristo en Jerusalén entre palmas y olivos a lomo de una Borriquita en olor de multitudes (primer paso) ¿Qué pasó luego? Pues que la cosa se puso fea y la Santa Cena que realizó con sus apóstoles fue la última de su vida terrenal (2º paso). La Virgen estaba permanentemente junto a su Hijo en estos últimos momentos de su vida, en Unidad con Él (3º paso). Pero la cosa empeoró y Jesús marchó al Huerto de los Olivos a pedir fuerza al Padre ante su inminente Pasión y Muerte: “Padre, aparta de mí este cáliz pero no se haga mi voluntad sino la tuya” (4º paso). Cristo fue irregularmente juzgado por el Sanedrín quien dictó Sentencia: ‘condenado a muerte’ (5º paso). Y su Madre continuaba junto a Él (6º paso).

A partir de aquí comienza la Pasión de Jesucristo (7º paso) Es conducido ante los Sumos Sacerdotes y ante el propio Pilatos quien no veía motivo para tan dura condena; pero la presión del pueblo pudo más que sus escrúpulos morales y se produjo el célebre lavado de manos que fue lo que verdaderamente lo condenó. Tras sufrir los castigos y vejaciones más terribles, Cristo es conducido al Monte Calvario, clavado en la Cruz y la noche del Jueves Santo, entre rayos, truenos y un terremoto, se produce su Muerte (8º paso).

La Virgen continuó al pie de la Cruz con San Juan (“madre, aquí tienes a tu hijo; hijo, aquí tienes a tu Madre”) hasta el mismo instante de la expiración de su Hijo, queda en absoluta Soledad (9º paso). Pero aquí no acababa la historia pues entonces habría sido un simple mortal como nosotros y nuestra fe no tendría sentido: al tercer día se produjo su Resurrección de entre los muertos (10º y último paso).

Gracias a la labor de la Agrupación y a diez de las Cofradías que a ella pertenecen pudimos recrear ayer toda la Semana Santa en tan sólo diez horas, desde las 16.40 h. hasta las 2 de la madrugada. Hasta el tiempo ayudó a que nos creyéramos en primavera, con una tarde deliciosa que hizo que Almería estuviera tan bonita y bullanguera como en la misma Semana Santa con mucha gente venida de fuera en un centenar de autocares y más de mil coches particulares. Doscientos agentes de la autoridad ayudaron a que La Magna resultara esplendorosa.