El lado oscuro de Almería

Sangre de su sangre

  • Crímenes familiares. Desde infanticidios a fratricidios, parricidios y todo tipo de acciones violentas entre miembros de la misma familia se convirtieron en un foco de atención para los almerienses

En torno a 500 personas llenaron la iglesia de Sorbas acompañando al padre de la pequeña asesinada presuntamente a manos de su madre.

En torno a 500 personas llenaron la iglesia de Sorbas acompañando al padre de la pequeña asesinada presuntamente a manos de su madre. / rafael gonzález

Existen casos tremendamente famosos y conocidos, entre la leyenda y la ficción en los que personas de la misma sangre, hermanos, hijos a padres, padres a hijos se convierten en feroces asesinos. Caín mató a Abel, según el primer libro de la Biblia, el Génesis, enajenado por la envidia que sentía por la predilección divina hacia su hermano. Rómulo mató a Remos su hermano gemelo y cofundador de Roma también Osiris, una de las principales deidades de la mitología egipcia, fue asesinado por su malvado hermano Seth y así hasta un largo numero de acontecimientos similares. Aquí, en nuestra provincia y a lo largo de los últimos cien años y lógicamente "rebajando la importancia" también hay una extensa nómina de victimas y verdugos unidos por la misma sangre. Desde infanticidios a fratricidios, parricidios y todo tipo de acciones violentas entre miembros de la misma familia que en su momento se convirtieron en el polo de atención de los almerienses. En los últimos cinco años, en la provincia almeriense se han cometido al menos tres casos de muertes violentas entre miembros de la misma provincia.

La Guardia Civil no cerró este singular caso a pesar de que habían transcurrido cerca de dos años desde la muerte de una mujer en Benizalón. El autor, su propio hijo, fue detenido el 18 de diciembre de 2007 en la localidad onubense de Trigueros, Fue acusado de matar y quemar el cadáver de su madre.

Los hechos ocurrieron entre los días 20 y 22 de febrero del 2006, cuando el detenido se desplazo desde su domicilio a Benizalón, para visitar a su madre María P. G. de 60 años de edad, la cual vivía sola y donde al parecer mantuvieron una discusión entre ambos, por motivos de dinero y herencia. Posteriormente un hermano del detenido, avisó a la Guardia Civil, del hallazgo del cadáver de su madre, el cual se encontraba sobre la cama de su dormitorio totalmente calcinado. Iniciadas las primeras investigaciones en el lugar de los hechos, se detectó que en las causas del incendio se utilizó una sustancia acelerante.

El 16 de febrero de 2010 una mujer de 36 años, de nacionalidad belga, mató a hachazos a su madre, asfixió a su hija de cuatro años y, acto seguido, se suicidó en su vivienda de El Mayordomo, una pequeña pedanía del municipio de Sorbas. Fue el padre de la niña, que recientemente se había separado de la mujer quien encontró los cuerpos, a las ocho y media de la tarde del domingo, en la vivienda que él mismo había levantado años atrás junto a su ex pareja, Marina G. G., profesora particular de idiomas afincada en Sorbas desde el año 2002. El 8 de febrero, Marina regresó a Sorbas procedente de Bélgica junto a su madre, S. B., quien iba a pasar unos días de visita en el pueblo. Al parecer, la madre, de 67 años, quería que su hija y su nieta trasladaran su residencia a su país de origen.

La Guardia Civil detuvo el 2 de febrero de 2012 a un joven de origen lituano, de 28 años y con problemas mentales, como supuesto autor de la muerte de su madre, a la que esa madrugada tiró desde el balcón de su vivienda en la plaza de Apolo de Aguadulce.

La Guardia Civil, que barajó inicialmente la hipótesis de que el suceso podría ser un suicidio, descartó esta opción cuando encontró en la vivienda de la víctima al presunto autor del homicidio, quien se encuentra bajo tratamiento médico por brotes esquizofrénicos, según la investigación policial.

El joven se encontraba afectado por el consumo de la medicación y presentaba señales de un forcejeo en los brazos que podrían haber sido causadas por los intentos de la mujer de impedir la agresión.

Manuel Salmerón murió el 8 de febrero de 1999 como consecuencia de las heridas sufridas al ser apuñalado por su propio hijo en el domicilio familiar en el barrio del Quemadero. El joven parricida de apenas 20 años era adicto a las drogas y mantenía fuertes enfrentamiento con sus familiares.

Unos años antes, el 20 de mayo de 1995 un joven de 20 años vecino de Nijar mató a su padre durante una discusión a quien le machacó el cráneo a martillazos. Ocurrió en la carretera de Nijar a San José en el pareja de La Cerrata. En el juicio, celebrado el 16 de abril de 1997 en la Audiencia de Almería, el muchacho, condenando a ocho años de prisión alegó que su intención no era matarlo sino defenderse de sus continuas agresiones y ataques.

Otro sangriento parricidio tuvo lugar en Albox. El 20 de junio de 1994 Ángel Venteo de 29 años perdía la vida a manos de su propio hermano en el transcurso de un ajuste de cuentas. Recibió una puñalada en el corazón cuando ambos se encontraban en las cercanías del domicilio familiar en la calle Barranco de esta localidad. El agresor pese que se dio a la fuga huyendo por los tejados de las casas fue localizado veinte horas mas tarde al volver de nuevo al pueblo.

Uno de los parricidios más escalofriantes cometidos en la provincia se produjo en la capital, concretamente el 24 de noviembre de 1982. Un joven de 27 años, en un ataque de enajenación mental asesinó a su madre clavándole un cuchillo en un ojo. María G. murió en la portería de una vivienda de la calle Javier Sanz. El agresor sufría trastornos mentales frecuentes y había sido operado unos años antes de un tumor cerebral en Granada, sufriendo posteriormente numerosos episodios depresivos

A media mañana del 26 de abril de 1974 se conoció la tragedia. Un padre y su hijo de siete años aparecieron muertos en el interior de un cortijo situado a unos seis kilómetros de la barriada nijareña de Campohermoso. El padre de 33 años se suicidó cortándose las venas después de envenenar al pequeño utilizando un insecticida usado en las labores del campo que mezcló con la comida y que le ocasionó la muerte fulminantemente. El hecho se conoció cuando la mujer y madre de las victimas preocupada por que no regresaban al domicilio avisó a un hermano suyo para que fuese al cortijo para ver que había pasado. La escena era dantesca. El hombre al abrir la puerta aprecio un profundo y desagradable hedor. En uno de los dormitorios y sobre una cama hallo el cuerpo sin vida del niño. A pocos metros en el suelo de cocina y en medio de un gran charco de sangre estaba el cadáver del padre, totalmente desangrado.

Finalmente apuntar otro trágico y desafortunado incidente que se saldó con la muerte de una niña de 9 años que murió alevosamente a manos de su abuelo, de 80 años, ciego y con las facultades mentales perturbadas ocurrido en la barriada del Jauro en el término municipal de Antas. El abuelo fue sorprendido por el propio padre de la menor, en el cuatro de la niña llevando entre sus manos un utensilio de hierro utilizado como material de labranza. El abuelo llevaba catorce años ciego y con severos problemas mentales, parecía no enterarse de nada, al parecer estaba obsesionado con la idea de que la familia lo tenía abandonado y querían que muriese.

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