A pesar de los buenos resultados electorales cosechados por Vox en en las últimas citas con las urnas en la provincia, convirtiéndose en tercera fuerza política provincial en las andaluzas y generales, un nuevo terremoto orgánico vuelve a sacudir a la implantación de la formación de Santiago Abascal y ha hecho temblar los cimientos de su estructura y porvenir en uno de sus principales bastiones: El Ejido. La decisión del coordinador local y concejal que encabezó su lista en las municipales, Juan José Bonilla, de quedarse el acta de diputado provincial del partido judicial de Berja, rechazando la propuesta de la dirección nacional de Vox que había elegido al concejal de Adra Juan José Ibáñez, ha recibido una contundente respuesta por parte de la dirección nacional.

Bonilla y la concejala Rosa María Martín, que se inscribió como suplente a la Diputación, serán expulsados si se completa el expediente que inició ayer el partido cargando contra el “interés y ambición personal” de su representante en El Ejido. Este lunes han sido convocados los dos expedientados junto a los otros cinco concejales ejidenses que hicieron posible que Bonilla se autoproclamara diputado para ver la posible solución a un cisma político que pone en riesgo tanto el futuro de la organización en el municipio del Poniente que más votos les ha dado como la propia estabilidad del gobierno bipartito con el PP de Francisco Góngora, después de acordar la integración y reparto de competencias que se llevarían al próximo pleno.

Si bien todo apunta a que la expulsión de Bonilla y Martín es irreversible, es más que probable que el partido intente salvar al resto de ediles que seguirían facilitando mayoría absoluta a un equipo de gobierno sin los concejales no adscritos. El que fuera candidato entiende que son un bloque que cerrará filas en torno a la decisión que adoptaron, pero desconoce por completo los planteamientos que les hará Vox el lunes. La formación ya ha comenzado la reorganización en El Ejido para cesar a Bonilla al que acusaron en un comunicado de “anteponer su interés al del proyecto político”.

El presidente provincial de Vox con el concejal díscolo que será expulsado

El partido de Santiago Abascal ya ha desvelado que el concejal díscolo desoyó sus indicaciones para ser diputado y así tener liberados a los seis ediles ejidenses en lugar de permitir la representación en la institución supramunicipal de una zona más deprimida como la de Adra. Miembros de la dirección provincial trataron de mediar en el momento de la recogida de las actas e incluso plantearon que la formación podría tomar medidas disciplinarias como la expulsión, pero no lograron convencer a los siete ediles que hicieron valer su peso institucional en el Ayuntamiento y los más de 6.400 votos en las municipales frente al de los dos concejales abderitanos. “Tengo toda la legitimidad de las urnas para ser yo el diputado por esta circunscripción, no creo que esto tenga ninguna consecuencia política”, argumentaba Bonilla.

El expediente se basa, por tanto, en la negativa de Bonilla a aceptar las decisiones de la dirección que ayer mismo reiteró que “no se va a tolerar que ninguno de sus cargos electos use este partido como una plataforma con la que satisfacer sus intereses personales”. De hecho, reconocen ahora que ya en la campaña se le advirtió de ciertas actitudes poco claras sobre la designación de puestos aunque el resultado favorable en las urnas apaciguó las hostilidades. Es un municipio clave en la estrategia de Vox y entienden que su cabeza de lista debía centrar su trabajo, sobre todo después del acuerdo de gobierno con el PP. El salto a la Diputación podría perjudicar a su imagen e implantación, pero no se ha podido frenar. Ahora serán los servicios jurídicos los que tengan que determinar si es posible que el acta de diputado se recupere o si, por el contrario, esté garantizada para el abogado Bonilla que ayer mismo aseguraba desconocer si es posible perderla.

No es la primera crisis de Vox en El Ejido, ni mucho menos en la provincia, siendo una tónica en el último año todo tipo de escándalos y guerras internas. En el municipio del Poniente se produjo el polémico cese de Fran Cara Rodríguez, que era anterior coordinador de zona electoral, en una resolución del secretario de organización, Carlos de Campo, que también dimitió hace unos meses del Comité Ejecutivo tras desavenencias con el presidente al que acusó incluso de intentar frenar la candidatura de Bonilla. En la capital se presentó una lista encabezada por el conocido como Coronel Denuncias que tumbó la dirección nacional. Líos internos que no han debilitado la marca que logró 22 concejales en 7 de los 20 pueblos en los que concurrió.