Salud
  • En 2020 se quitaron la vida en Almería 72 personas

  • Fernando Collado, psiquiatra de Torrecárdenas aboga por cuidar la salud mental para blindarse ante este trastorno 

  • Hoy se celebra el Día Mundial para su prevención

El suicidio, un tema tabú que tiene cura

Fernando Collado es psiquiatra de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Universitario Torrecardenas y creador del Programa de Suicidio. Fernando Collado es psiquiatra de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Universitario Torrecardenas y creador del Programa de Suicidio.

Fernando Collado es psiquiatra de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Universitario Torrecardenas y creador del Programa de Suicidio. / Javier Alonso (Almería)

Escrito por

· Norberto López

Redactor

Desde hace ya casi dos décadas, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, promueve cada 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio con el objetivo de concienciar a nivel mundial que el suicidio puede prevenirse. A nivel mundial se suicidan cada año casi un millón de personas, lo que equivale a una persona cada 40 segundos.

En Andalucía, en 2020 se registraron 793 muertes por suicidio, 576 hombres y 217 mujeres lo que significa un incremento de 153 muertes en comparación con el año 2019 (un 23,9% más), en concreto 98 hombres y 55 mujeres. Se observa un incremento en todas las franjas de edad. A lo largo de los últimos años, del periodo 2016 a 2020 se observa que, en todo el periodo, la tasa de suicidio es la mayor en la franja de más de 65 años, observando en general un incremento de tasa conforme vaya subiendo la edad.Acerca del método usado, sumando ambos sexos, el 55% fue por ahorcamiento/estrangulamiento, el 21% por saltar desde un lugar elevado y casi un 8% por envenenamiento por fármacos, ocupando estos tres métodos el 84% de los usados.

En el caso de Almería, según los datos que se pueden extraer del INE sobre las principales causas de defunción en España en 2020, 72 personas se quitaron la vida (45 hombres y 27 mujeres).Para prevenir esta devastadora lacra que en muchos casos es totalmente invisible para la mayoría de la sociedad, los profesionales sanitarios abogan encarecidamente por apostar por cuidar y mimar la salud mental.

Así lo ratifica Fernando Collado, psiquiatra de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Universitario Torrecárdenas y creador del Programa de Suicidio y que a mediados de este mes de septiembre abre una consulta para tratar directamente esta problemática y otros trastornos mentales como la depresión en la clínica La Salud en la calle Hermanos Pinzón número 5 de la capital almeriense.

La salud mental supone un equilibrio entre tres pilares fundamentales que vienen dados por factores psicológicos, factores sociales y ambientales y factores físicos y endógenos. En ese triángulo se necesita mantener un equilibrio para que dé como resultado una salud mental aceptable. Hay veces que uno puede no tener cierta carga genética familiar pero si nos enfrentamos ante circunstancias muy adversas podemos sufrir un trastorno mental. Y la pandemia ha destapado esta pata. Hay gran cantidad de personas que funcionaban razonablemente bien, pero la pandemia, el miedo y la incertidumbre ha desequilibrado la parte social y psicológica. Ahora empezamos a sufrir una epidemia de trastornos mentales”, explica.

A mediados de este mes abre una consulta en la clínica La Salud sita en Hermanos Pinzón número 5 para tratar estos trastornos mentales de manera profusa. A mediados de este mes abre una consulta en la clínica La Salud sita en Hermanos Pinzón número 5 para tratar estos trastornos mentales de manera profusa.

A mediados de este mes abre una consulta en la clínica La Salud sita en Hermanos Pinzón número 5 para tratar estos trastornos mentales de manera profusa. / Javier Alonso (Almería)

Por esta razón, Collado que atesora una dilatada carrera profesional en este ámbito en el sector público, ha decidido poner en marcha una clínica que trate específicamente este tipo de trastornos. Su idea es crear un “férreo vínculo con el paciente” para ayudarle a superar este problema y para ello “pretendemos hacer un abordaje integral, con tratamiento farmacológico y psicoterapéutico que nos permita crear un vinculo terapéutico para identificar los factores y como podemos ir corrigiéndolos. En la clínica, yo voy a ser el terapeuta principal y contaremos con otros terapeutas si hiciese falta una coterapia”.

El tipo de trastornos que van a tratar van desde depresiones, trastornos psicóticos, ideas de suicidio y su prevención. “Y en general cualquier tipo de trastorno que impida amar o trabajar como te gustaría hacerlo”, añade.

Collado recuerda así la conocida frase del médico Sigmund Freud que definía la salud mental como la capacidad de amar y trabajar ya que a su juicio “hay que amar para no caer enfermo y se cae enfermo cuando no se puede amar”.

Este profesional explica que para una buena evolución de un problema de salud mental “es fundamental tener claro ante qué nos enfrentamos y dedicarle el tiempo necesario. Uno puede estar con un profesional con grandes capacidades técnicas pero si carece del tiempo necesario difícilmente se va poder beneficiar de su potencial”.

Por ello, Collado señala que las sesiones en su consulta tendrán una duración de hasta una hora (en la sanidad pública no se dispone de tanto tiempo). “Vamos a disponer ahora del tiempo necesario para atender a esas personas que lo necesiten”, apunta.

El vínculo con el paciente, prioritario

“Lo que verdaderamente cura en la consulta de un psiquiatra no son tanto los tratamientos, ni siquiera la técnica, si no el vínculo, esa relación que se forja entre el profesional y el paciente. Trabajar el vinculo necesita un espacio, un tiempo y un marco. Yo soy un firme defensor del poder sanatorio del vínculo y creo que ese marco puede resultar muy favorecedor”, explica.

En cuanto a un perfil concreto sobre una persona propensa al suicidio, Collado comenta que “no existe un perfil que se haya visto especialmente afectado. Esta siendo transversal en la sociedad. Cada perfil lo expresa de forma distinta. Los jóvenes tienen irritabilidad y dificultades de concentración. En gente de mediana edad que ya tiene trayectoria vital comienzan a surgir sentimientos de desesperanza. Se angustian y buscan una salida y en ese contexto es fácil que surjan las ideas de muerte. A la gente mayor, con la soledad, se le puede unir dificultades físicas y esto hace que en un momento dado puedan perder la esperanza, generar una depresión clínica o terminar con su vida”.

En ese sentido, romper el silencio y acabar con los tabúes y mitos que giran en torno al suicidio es una de las claves para poder avanzar en la prevención de una problemática social y de salud pública “que se puede evitar”, asegura Fernando Collado.

“El que se quiere matar no quiere morir. El suicida no quiere morir, lo que quiere es vivir de otra manera. Pero no contempla otras alternativas. Está tan angustiado y con una idea que probablemente ya ha ido rumiando durante mucho tiempo, que ha reducido o anulado cualquier otra alternativa, con lo cual parece que la muerte es la única salida, pero el objetivo real no es morir, sino vivir de otra manera. Buscar una salida a la situación en la que está viviendo”, explica.

Bajo estas premisas, el especialista ha incidido en que el suicidio es una realidad muy preeminente, y sin embargo todavía nos sigue costando mucho trabajo hablar de ello”.

Realidad oculta

Una realidad que pasa desapercibida y que según Collado hay que normalizar. Para ello incide en que “trabajar en la aceptación de lo inevitable de ciertas cosas resulta muy sano. Podemos hacerlo todo, podemos conseguirlo todo, son mensajes contradictorios porque hacen mucho daño. Nos generan expectativas irreales. Hay que tener conciencia real de saber quiénes somos y hacia dónde vamos”.

También es relevante, a juicio del especialista, “rodearse de gente sana y tener ciertos hábitos saludables. No ayuda el uso de alcohol y drogas. Es fácil que cuando uno está mal recurra a algún tipo de estimulante y eso lo que hace es avivar el fuego. Ahora mismo tenemos un incendio en nuestro cerebro y lo que hacemos es echarle gasolina. Hay que trabajar en la esperanza. La desesperanza es el mayor factor de riesgo para la salud mental”.

Por ello incide en que “hay que tener un objetivo vital y que sea realista y ajustado a nuestras opciones. Esas expectativas realistas de vida casi te blindan a la desazón y desesperanza, Sin proyecto de vida, sin una dirección clara, si vienen tormentas nos quedamos desarbolados”.

Y es que las estadísticas son contundentes: “En Torrecárdenas tratamos a tres personas cada día que quieren suicidarse y no lo consiguen. La pandemia ha provocada que los registros se disparen. El teléfono de la esperanza como método de prevención ha doblado las llamadas que ha recibido por esta cuestión. Necesitamos abordarlo desde diferentes ámbitos ya que esta problemática es todavía un tabú”.

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