Más de 200 vicarios han demostrado todo lo aprendido en los talleres culturales que organiza el Ayuntamiento, desde el lugar idóneo para ello, el escenario. Así, el Teatro Auditorio de Vícar acogió el pasado viernes la segunda clausura de los talleres culturales que se han venido desarrollando desde el pasado mes de octubre.

Fotografía, guitarra, música y movimiento, sevillanas y flamenco, bailes de salón y para la tercera edad son los cursos en los que vicarios de todas las edades han participado con muchas ganas y esfuerzo, por lo que no era de extrañar que la demostración que realizaron el viernes sobre las tablas, fuese todo un éxito.

Como explica Luz Vargas de la Casa de la Juventud de Vícar, "el 28 de mayo también se realizó la clausura de otros de los cursos que venimos realizando como son el de baile moderno, danza del vientre o pintura".

Y es que la amplia oferta que ofrecen estos talleres culturales que cada año pone en marcha el Ayuntamiento vicario, permite a los vecinos de todas las edades y con todo tipo de aspiraciones una vía para aprender o desarrollar un aspecto relacionado con la cultura. No obstante, como aclara Vargas, "los cursos llevan haciéndose desde hace 20 años pero cada año se intenta renovar en un nuevo aspecto, ajustándose a las demandas de los vecinos".

La mayor parte de los alumnos que llenan estos talleres siguen siendo las mujeres. Sin embargo, desde la Casa de la Juventud concretan, "en teatro siempre hay más hombres, y en música y movimiento también". Por el contrario, otros talleres como el de encaje de bolillos, manualidades o corte y confección están repletos al cien por cien de féminas.

Los talleres constan de dos horas semanales y tienen un componente más práctico que teórico. Eso sí, como subraya Vargas, "por ejemplo en el caso del taller de fotografía evidentemente necesitan en primer lugar algo de teoría, pero la mayoría son prácticos". Una exposición de fotografía, varias piezas a la guitarra, y coreografías de baile que tocan todos los estilos han sido los ingredientes para decir adiós a una nueva edición de estos talleres que año tras año, siguen aumentando su número de alumnos.

Desde los tres años de edad que tiene el alumno más pequeño de estos talleres hasta los 85 que tiene la mujer más mayor del curso de sevillanas, todos los vicarios tienen su hueco en esta iniciativa a la que cada año se suman nuevas artes.

Lejos de desarrollarse un curso de cada una de estas materias, los talleres cuentan con varios grupos de alumnos en cada una de sus especialidades. La motivación de los vicarios por la cultura vuelve a ponerse de manifiesto así cada año, sobre el escenario.