ud almería | ucam murcia

La afición merece otra cosa

  • La protesta de las peñas debe hacer reaccionar a un equipo que necesita impulsarse desde el fondo

Cuando los jugadores salten al césped esta tarde y se encuentren un ambiente frío y una grada con muchas más calvas de lo habitual, deberían preguntarse por qué. Además, posiblemente también se escuchen cánticos a favor de Francisco, técnico del equipo rival. A lo que vamos, la afición rojiblanca está harta de sufrir y de que cada fin de semana sea un calvario tanto en el Estadio de los Juegos Mediterráneos como ante la televisión.

Aunque la autocrítica debía de haberse hecho hace mucho, concretamente tras el desastre en la primera vuelta en Murcia ante el propio UCAM, todavía hay tiempo para reaccionar. Cada vez menos, pero el nivel tan sumamente flojo de la categoría, permite estar vivos pese a todo. Por tantos y tantos fallos, por tantos y tantos minutos en los que se ha jugado sin intensidad, pero sobre todo por tres años insufribles que pocas aficiones aguantarían, es el momento en el que los jugadores y el propio Soriano tiene que reconciliarse con su grada y reaccionar porque están hundidos en el fondo de la tabla y las cosas sólo van a peor cada jornada que pasa. Todo lo demás, son excusas que conducen al pozo de la Segunda División B. O se gana y se cambia la mentalidad que existe en el vestuario o el club tal y como ahora funciona, se va a ir por el sumidero.

Los problemas son deportivos en su mayor porcentaje, pero tampoco se libran los del despacho. Sorprende la lista de convocados que dio ayer Soriano, en la que se quedan fuera dos de los fichajes de invierno por no estar en condiciones físicas. Uno es Uche, cuya tardía incorporación es un gran lastre; el otro es Sereno, que en Tenerife fue titular y estuvo a un nivel en el que no puede ser competitivo. Además de ellos, Yoda y Álamo tampoco están siendo de la partida en las alineaciones, por lo que la pifia tecnico-deportiva, sólo le da más la razón a una afición que comenzará a ver el partido a partir del minuto 12... y que confía que para entonces no se haya tenido que haber perdido ningún gol murciano.

Los comienzos de los partidos rojiblancos son criminales. A un equipo que va último, por lo menos se le pide que se coma el césped. Si deportivamente no le da, por lo menos garra y pundonor. Nada de nada, de hecho en los primeros minutos suele encajar goles que dejan los partidos sentenciados, porque la capacidad de reacción es nula. Ahora toca aferrarse al Mediterráneo, donde es cierto que no se ha jugado tan sumamente mal como fuera, pero el supuesto fortín es más un clavo ardiendo que un salvavidas: de doce partidos en casa, se han ganado seis, se han empatado cuatro y se han perdido dos.

Pero reiterando la idea plasmada unos párrafos antes, pese a esto, de ganar hoy el Almería se metería nuevamente en la pomada por la salvación. Ahora, tiene que ganar. Parece que jugar en casa ante un rival teóricamente inferior es sinónimo de victoria. Y para muchos equipos es así, pero para el Almería no porque por juego no lo merece.

El experimento fallido de Tenerife dará paso al clásico esquema de Soriano, posiblemente con un doble pivote formado por Corona y Borja al estar Fran Vélez con molestias en el tobillo. El resto serán los habituales, a los que se les pide mover el balón más rápido y con más verticalidad que hasta ahora, para tratar de meterle mano a un UCAM que buscará las mortales contras que tan bien desarrolla Francisco.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios