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El gran sueño de Florentino

  • El presidente del Real Madrid desea obtener en Cardiff el doblete con Zidane al mando

  • El francés es la gran debilidad del empresario, que siempre presumió de ser el que lo fichó

Zidane y Florentino Pérez se saludan y conversan durante un acto del Madrid.

Zidane y Florentino Pérez se saludan y conversan durante un acto del Madrid. / víctor lerena / efe

Nada hay en el mundo que pudiera hacer más feliz al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que ver a su equipo haciendo historia con un doblete liderado por Zinedine Zidane, algo que está a un solo partido de distancia.

La cita será el sábado en la final de la Liga de Campeones que los blancos jugarán en Cardiff ante la Juventus, una oportunidad única para que el Real Madrid logre un doblete que no conquista desde 1958, hace casi seis décadas. Pérez, ante la historia, una de sus palabras favoritas.

El sueño del presidente blanco se multiplica por diez al conocer que al frente de su equipo está Zidane, su gran debilidad, uno de los pocos hombres -quizá el único- al que de verdad idolatra Pérez. Por muchas cosas.

"Yo traje a Zidane", es una frase mil veces repetidas por el mandatario al defender su gestión. Ocurrió el 10 de julio de 2001 en una historia mil veces contada. Durante una cena en Montecarlo, Florentino le pasó una servilleta al astro francés, entonces en la Juventus, donde se leía: "¿Quieres jugar en el Real Madrid?". Zidane se la devolvió con una breve respuesta: "Oui" (sí en francés). Y Pérez se lanzó en su búsqueda como suele cuando tiene la ocasión de cumplir un deseo largamente anhelado: fue con todo.

Un año después de su fichaje, Zidane entró en los altares del madridismo con un antológico gol -elegido por la UEFA como el mejor en la historia de las finales de la Liga de Campeones- ante el Bayer Leverkusen que supuso el 2-1 final para los blancos y la octava Copa de Europa para el club, primera para el actual mandatario. A partir de entonces el presidente instaló a Zidane en un púlpito de oro. El francés se retiró en 2006 renunciando a un año más de contrato que tenía firmado. Ya era leyenda en el Real Madrid. Sin una clara vocación como entrenador, ni mucho menos, fue pasando por diversos puestos -embajador del club, asesor presidencial, dirección deportiva, delegado- sin que ninguno le llenara hasta que en 2013 se convirtió en segundo entrenador como ayudante de Carlo Ancelotti. Con él ganó la Liga de Campeones de 2014 y descubrió, enconces sí, que quería ser entrenador. La siguiente temporada fue técnico del Castilla, el filial del equipo blanco no sin polémica por la convalación de su título de entrenador, y tras 18 meses más bien discretos, el 4 de enero de 2016 se convirtió en técnico de la primera plantilla del Real Madrid en sustitución del destituido Rafa Benítez.

El club estaba en llamas. Sin rumbo en el campo y con la grada pidiendo la dimisión de Florentino, el presidente blanco se encomendó a Zidane, su querido Zidane, como salvavidas. Un "novato", al frente de un equipo de 700 millones de euros a la deriva. Y el francés, con mucha sencillez y cierta fortuna, llevó al Real Madrid hacia lo máximo con la conquista de la Liga de Campeones, la undécima.

Florentino Pérez había salido vivo, y de qué manera. Las buenas sensaciones se prolongaron y aumentaron la presente temporada con la conquista del título de Liga, el primero del Real Madrid desde 2012. Y ahora llega la final de la Liga de Campeones.

"Fuiste el mejor jugador del mundo y ahora eres el mejor entrenador", le dijo Pérez a Zidane después de ganar el título liguero en la última jornada. "Y ahora queremos la duodécima", agregó dentro de su espíritu infinitamente ambicioso.

Amante casi patológico de los hitos, Florentino Pérez está ante la posibilidad de convertirse en el primer presidente del Real Madrid con un doblete en seis largas décadas. Y hacerlo de la mano de su idolatrado Zidane cumpliría su sueño más inconfesable.

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