Elecciones

Un nuevo tiempo se avecina

  • Los resultados obligarán a diseñar otro reparto de poder local · La Presidencia de la Diputación se juega en varios municipios · El PSOE se ve ganador, pero PP e IU auguran más de una sorpresa

Como quien no quiere la cosa el Ministerio de Economía y Hacienda ha silenciado, para que no entre en campaña electoral, la enorme y pesada deuda que tienen los ayuntamientos y diputaciones provinciales en 2010. Así que los ciudadanos votarán con los datos viejos de 2009. Pero las nuevas corporaciones que resulten de los comicios del próximo 22 de mayo deberán afrontar a buen seguro recortes de plantillas, adelgazamiento y cierre de empresas públicas y puede que hasta fusiones municipales si la cosa empeora y los 5.000.000 de parados no encuentran tajo. En Huelva el problema se llama 425.288.000 euros, la deuda viva que los 79 consistorios y la Diputación tienen con los bancos. Harina de otro costal es la deuda con los proveedores, sus trabajadores y adelantos de tesorería para ir sorteando mal que bien este 2011.

Las consecuencias son bien visibles en calles y plazas de la provincia: protestas por impago de nóminas, sentadas ante las fachadas municipales y cientos de empresas esperando que llueva café (dinero) en el campo y, mientras no cobran, despidiendo trabajadores. Estos son los mimbres con los que jugarán los nuevos alcaldes y alcaldesas.

A pesar de estas cifras mareantes, los partidos políticos han desarrollado su campaña a la vieja usanza: mítines, presentaciones de candidatos, cuñas radiofónicas, actos sectoriales invitando a café con pastas y el apoyo de sus respectivas figuras de los telediarios, que se han pateado una provincia que hasta ahora ha sido un fiel granero de votos del PSOE pero que en algunos puntos está dando síntomas de agotamiento.

EL PSOE parte con una ventaja muy amplia: 113.157 votos y 472 concejales por los 80.793 y 188 ediles del PP cosechados en 2007. IU posee 87 concejales y 24.031 votos. El PA, 73 concejales y 18.150 votos. Trasladadas las cuentas a la Diputación Provincial dieron como resultado hace cuatro años 15 diputados provinciales para el PSOE, 8 para el PP y uno para IU y otro para el PA. Ahora pasarán a 27, un escaño más en el Partido Judicial de Valverde y otro en el de Huelva.

Un colchón mullido que ha permitido al secretario general socialista de Huelva, Mario Jiménez, decir ante el presidente andaluz, José Antonio Griñán, que la Diputación onubense seguirá siendo del PSOE. Y eso hoy, con el partido en la cuerda floja en muchos puntos de la geografía andaluza, cuenta.

Por eso el PSOE ha echado el resto en Huelva capital y ha destinado la mayor parte de los recursos económicos y mediáticos a la campaña de su cabeza de cartel, Petronila Guerrero. Su candidatura se ha comido las mejores banderolas, los carteles más bonitos, los mejores retoques de Photoshop, los vídeos más espectaculares, las cuñas más oídas y la mayor parte de la distribución de tiempos electorales en medios públicos, incluido Canal Sur.

Porque el PSOE, aunque no lo diga, tiene verdadero pavor a que el alcalde eterno, Pedro Rodríguez, le meta una manita, un 5-0, cinco victorias: 1995, 1999, 2003, 2007 y... se haga eso, eterno. Por eso buscó a la veterana Petronila Guerrero, aunque en realidad es la primera vez que encabeza un cartel donde prima más la persona que el partido.

La versión oficial y el manual del chalé del conquero, la sede del PSOE, dice que aunque Guerrero pierda el combate con Rodríguez seguirá siendo presidenta de la Diputación. Eso aún está por ver, lo de perder con el candidato popular. Y lo otro también, lo de seguir siendo presidenta de la Diputación.

Por primera vez en mucho, mucho tiempo el PSOE no ha hecho oficial su elegido o elegida para ocupar el sillón de la Gran Vía, o del carísimo Hotel París, ahora.

Precisamente eso mantiene en vilo a las familias del partido de Mario Jiménez. No están en la mesa camilla pero los más avispados en el PSOE dicen que la presidencia de la Diputación se elegirá teniendo muy en cuenta a Almonte e Isla Cristina, si ambos pueblos mantienen el tipo de interés del voto socialista, muy alto por cierto para pedirles una hipoteca. La foto de Alfonso Guerra, emparedado el pasado martes precisamente entre Petronila Guerrero y María Luisa Faneca marca un tiempo que puede ser nuevo en el PSOE.

A priori, la dirección socialista ha jugado mal varias bazas: las del Lepe de José Oria, expedientando a más de un centenar de militantes; Calañas, al cosechar la dimisión de los miembros de las agrupaciones locales socialistas de La Zarza y Perrunal; o Nerva, donde dimitió el grupo de concejales y, por primera vez en la historia democrática, el Ayuntamiento de Curro López Real se quedó sin representación socialista. Qué cosas. Y todo para captar al independiente nervense Domingo Domínguez para aguantar la arremetida del Partido Popular en el Partido Judicial de Valverde del Camino, que se presagia dura.

Un dato, el mitin para enaltecer a Petronila Guerrero lo convirtió María Luisa Faneca en algo muy propio. Al fin y al cabo llenó el aforo de cartelería isleña, robando el momentum a la candidata de Huelva, para quien fue diseñado el acto y la loa.

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