La primera cita del Festival de Flamenco Ciudad de Almería en su 47ª edición reunió en la Plaza Vieja a Marina Heredia y Tomatito. Con la luna brillando en el cielo, Marina Heredia, la granadina de la voz de oro, se subió al escenario.

La artista estuvo acompañada a la guitarra por José Quevedo Bolita; coros y palmas, Jara Heredia y Anabel Rivera y a la percusión, Paquito González.

Heredia comenzó su actuación con A mi tempo, tema que da título a su último disco. Un declarado homenaje a aquellos cantaores que han servido inspiración a Marina Heredia a lo largo de su carrera y que compartió con todos los almerienses a ritmo de milonga, bulería por soleá, fandangos, seguirilla, caña y polo, cuplé, rumba, tangos y bulería, con ecos de Camarón, Adela la Chaqueta, Enrique Morente, Chocolate, Corruco de Algeciras, Terremoto, Bambino ó Rocío Jurado, uno de los momentos más especiales de la noche que logró arrancar los aplausos de un entregado público.

Un repertorio muy variado en el que la artista tocó casi todos los palos del flamenco y algunas coplas adaptadas a su estilo. Además, durante la actuación, la artista estableció una conexión muy estrecha con el público al que le confesó ser "más fuerte que la Alhambra, pero mi corazón no". Luego en la segunda parte, Tomatito demostró su excepcional dominio que tiene sobre la guitarra.

Entre las caras conocidas que se pudieron ver por el Festival estaba Juan Carmona con su esposa María del Carmen Segura (Almaría), ambos artistas que luego se unieron a Pedro Segura, dueño de la Taberna Sacromonte, uno de los lugares que ofrece los mejores fritos de la capital.

Antonio Zapata, el hombre que más sabe de gastronomía en Almería se reencontró con su amigo Jaime Heredia El Parrón, cantaor granadino y padre de Marina Heredia, así como con Pedro Pérez Chicote, torero de Granada casado con Heredia.

Entre el público se encontraba el gran guitarrista Miguel Ángel Cortés y María Ángeles Fernández y José del Tomate, ambos hijos de Tomatito.