Murieron por acabar con el absolutismo y por proclamar la libertad. El 24 de agosto de 1824, fueron fusilados por la espalda en Almería, en Rambla Belén, 22 soldados llegados desde Gibraltar. Ya en 2011 se ha convertido en tradición que esta fecha sirva como homenaje a estos héroes que, acusados de traidores a la paz y a la patria, reivindicaron los derechos fundamentales de todos los españoles. El pregonero de este año ha sido ha sido Juan Ruiz-Rico Morón, presidente de la Sección nº 2 de la Audiencia Provincial de Almería.

El pregonero fue presentado por el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, y arropado por políticos de distinta ideología. Ruiz-Rico fue condecorado con el Escudo de Oro de la ciudad en 2004 y, por este motivo, recibió un escudo en bronce de la ciudad.

El alcalde explicó lo que significa este acontecimiento: "Los ciudadanos de Almería quisieron en su día plasmar en el Monumento a Los Coloraos la declinable voluntad de defensa de los valores constitucionales y democráticos que garantizan la convivencia y el disfrute de los derechos y libertades".

El pregonero pidió que la justicia fuese más rápida: "Nos hemos acostumbrado a los escándalos sensacionalistas. Hay que realizar una crítica por la lentitud de la justicia. La tramitación de los pleitos es lenta en general. Una justicia tardía es una justicia lenta, y es injusta".

Juan Ruiz-Rico aprovechó para efectuar una serie de peticiones en materia de justicia: "Hay que hacer unas reformas necesarias como es una justicia más rápida y ágil; también habría que crear una oficina judicial; y defender el ataque a la independencia de los jueces".

Después del pregón, se procedió al acto conmemorativo en el Pingurucho. Mientras se interpretaba La Marsellesa, el Himno de Riego, de Almería, Andalucía y España, repartían las rosas a los presentes para realizar posteriormente la ofrenda floral.

Los políticos conformaron dos filas a los lados e hicieron un paseíllo para que pasaran el pregonero y el alcalde, y colocaran la corona de laurel en honor a los mártires de la libertad.

Un total de cinco coronas de laurel se colocaron en el Pingurucho y el público fue colocando las rosas poco a poco.

Al concluir, subieron la corona de laurel a lo alto del Pingurucho para que así luzca en estos días y recordar que hace años murieron otros hombres por la libertad que ahora se disfruta.