El Bahía de Palma sopla las velas de sus 59 navidades

Hostelería

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Ramón, junto a su mujer Mari Carmen y su hija Raquel.
Ramón, junto a su mujer Mari Carmen y su hija Raquel. / Rafael González

También serán 59 primaveras, pero de momento se han soplado las velas en Navidad. El pasado viernes 23 de diciembre, el Bahía de Palma cumplió un año más. Fue en 1963 cuando las puertas de este legendario bar se abrieron en la vetusta Plaza de la Administración Vieja para empezar a servir a una clientela tan amante de la buena cocina como la de ahora.

Hay algo que no cambia con el paso de los años. El bar está remozado, la plaza que lo alberga es otra gracias a unas necesarias obras, las canas florecen en algunos clientes, pero el sabor, la calidad y el buen gusto con el que sirve la familia Belmonte las tapas, eso es patrimonio del Bahía de Palma.

A Ramón, actual propietario, le gusta recordar la historia de su bar. Ojo, son 59 años de Bahía de Palma, pero el local ronda el centenar, puesto que anteriormente había una papelería y luego un ultramarinos llamado ‘La Económica’. Hasta que Diego ‘el Zaragata’, lo cogió y le dio por abrir un 23 de diciembre, a las puertas de la Nochebuena.

Las tapas especialidad de la casa.
Las tapas especialidad de la casa. / Rafael González

“Lo del nombre es curioso porque pasó una señora que conocía del barrio de Pescadería por delante, le preguntó cómo le podía poner al bar y ella le dijo que Bahía de Palma, puesto que Diego había venido de Palma de Mallorca, del camping de Cala Mezquita, donde había estado trabajando”, explica el propietario con una sonrisa, la misma que se dibuja en su cara cuando le llegan clientes mallorquines: “Vienen muchos aquí y les comentó por qué se puso ese nombre. De hecho, vienen y me hablan en catalán pensando que yo soy de allí y ya les explico la historia”.

Entre 2005 y 2008, Diego y Ramón compartieron barra y cocina en un bar castizo, un bar “de toda la vida”. Desde esa fecha, Ramón, su mujer Mari Carmen y sus dos hijas están al pie del cañón. Con unos años más, pero con el mismo cariño y humildad atienden a clientes que pasan de generación en generación el amor por el Bahía de Palma. “A nosotros ya nos viene la cuarta generación de almerienses, clientes y amigos que venían con sus abuelos y ahora traen a sus hijos. Nuestra gente es fiel, leal”, asegura orgulloso Ramón que sabe dónde está la clave del éxito en el sector de la hostelería de la capital, sobre todo en estos años tan complicados: “Los negocios es tener constancia y aquí la tenemos, mimamos mucho nuestro Bahía de Palma tanto mi mujer como mis hijas y yo. Estamos 24 horas por él. El bar estuvo un tiempo mal, pero con trabajo, constancia y perseverancia vuelve a ser un bar de referencia. La gente se alegra mucho, me dicen “hay que ver lo que era esto y lo que es”. La remodelación de la Plaza Vieja nos ha venido muy bien, también hemos reformado el local. Eso está teniendo muy buena acogida”.

Ramón Belmonte, propietario

"Mimamos mucho a nuestro Bahía de Palma, estamos 24 horas por él”

Como no podía ser de otra forma, los 59 años había que celebrarlos ante un surtido de tapas, la especialidad de la casa. Ramón es el encargado de vender su carta: “Nuestra cocina es tradicional, son tapas típicas de Almería: bacalao a la vizcaína, carne de toro, las célebres patatas paja, la olla de trigo, las migas, el arroz...”.

‘Zambombá’, una celebración con flamenco

Nada mejor que echar mano de un arte como el flamenco, que denota los orígenes del barrio de Pescadería de Ramón, para celebrar el aniversario del Bahía de Palma. El pasado 22 de diciembre, horas antes de soplar las 59 velas, decenas de clientes y amigos se reunieron en el interior del bar y en la terraza para asistir al espectáculo de la ‘Zambombá’. Pero no acabó ahí la cosa. El 24 manda la tradición que es día para comer ‘Atascaburras’, un plato con bacalao, sofrito y patata cocida, típico de Pescadería, y el 31, poco antes de la cena de Nochevieja, otra buena olla, en este caso de lentejas. “Es una tradición que tenemos desde hace muchos años. La gente nos pregunta y nos reserva sitios, les gusta despedir así el año”.

Un momento de la 'zambombá'.
Un momento de la 'zambombá'.

Y que cumpla muchos más. El Bahía de Palma tiene por delante un gran porvenir porque las pequeñas de la familia Belmonte tienen una buena escuela paterna y han aprendido los gajes del oficio y la cultura del esfuerzo.

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