Finanzas

Llega la primavera y la incertidumbre

  • Asaja denuncia la caída anómala de precios durante el invierno y culpa a las OPFH por no usar la gestión de crisis

  • Auguran otro año "récord" productivo, pero sin soluciones para los agricultores

Asaja hizo balance de los precios de lo que va de campaña y sus previsiones para la recta final.

Asaja hizo balance de los precios de lo que va de campaña y sus previsiones para la recta final. / rafael gonzález

Después de un arranque de campaña con aprobado por los pelos, llegó un invierno atípico, pero sobre todo desastroso en lo que a precios se refiere para los agricultores del campo almeriense. Tal comportamiento no invita al optimismo y ahora toca vivir una primavera que está marcada por la incertidumbre. Así lo aseguran desde Asaja-Almería con su presidente, Francisco Vargas, a la cabeza, quien ayer hizo el balance en términos económicos de lo que va de curso y donde denunció los abusos de todos los intermediarios que participan en la cadena alimentaria desde que sale el producto de la finca y hasta que llega al consumidor final.

La superficie de cultivo ha aumentado esta campaña un 5%, por lo que también habrá una mayo.

2,45Millones de toneladas. Es la producción hortofrutícola almeriense a fecha de 21 de marzo

Caso aparte son los precios. A fecha de 21 de marzo, fin del invierno, Almería ha producido ya 2,45 millones de toneladas de calabacines, pepinos, berenjena, tomate, pimiento y judía. Esto significa que cuando se añada melón y sandía "seguramente se hable de año récord en producción, pero hay que analizar otras variables que no se han tenido en cuenta a la hora de hacer balances. Y es que hasta ahora todo lo que se importaba y exportaba de empresas como Anecoop y otras muchas que están situadas fuera de Almería salían de sus lugares de raíz y no como de aquí".

Asaja ha hecho una labor de campo teniendo en cuenta esa cuestión y avanzan que la producción al final de campaña puede superar los 3,6 millones de toneladas. El crecimiento viene por empresas que están importando directamente y tienen que justificar producción, según la organización. "Por eso están haciendo grandes instalaciones para justificar ante los supermercados que ellos son los que producen".

En este contexto, el escollo siguen siendo los precios. "Hemos visto la evolución. Enero, febrero y marzo que son nuestros meses, con el 90% de la producción, cayeron. Un desastre, y si analizamos con respecto al año pasado, las caídas son muy amplias de media", explica Francisco Vargas, quien además desgranó los resultados de una comparativa de elaboración propia donde se recogen las cinco últimas campañas, quitando la mejor y la peor en cuanto a precios, y cuyos resultados arrojan que aún así se sigue vendiendo un 18% más barato el pepino, un 14% la berenjena, un 6% el calabacín, el tomate se mantiene y el pimiento un 8% también de pérdida. "Podemos aseverar, sin miedo a equivocarnos, que a pesar de que en los últimos años subimos en producción el comercio no está adaptándose a dicha subida y no cierra programas más amplios para tal fin".

Una vez más, desde Asaja apuntan que esta situación puede paliarse en buena medida haciendo uso de los mecanismos de gestión de crisis, que deben contar con una planificación de todas las organizaciones de productores y donde lo importante es que la Asociación que las representa, que tiene el monopolio a través de un acuerdo Junta de Andalucía-Banco de Alimentos para poder hacer retirada a distribución gratuita, tenga un planning anual para llevarlas a cabo. "La importancia de hacer distribución gratuita radica en que más del 50% de agricultores los tenemos organizados en organizaciones de productores y todo lo que se retire se paga el 100% del precio de retirada, que es el 30% del precio de salida de OP de ese producto. Y lo hace la Unión Europea. Además, se paga transporte y manipulado, por tanto la OPFH no tiene ningún gasto", explica Vargas, quien asegura que aquellos que no están en OP pueden hacer un acuerdo con la organización de OPFH o con una en concreto y tendrían el 75% de ese precio, también pagado por la UE y el 25% restante tendría que ponerlo el propio agricultor de su bolsillo.

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