Vivero Los Grillos ultima un proyecto de olivo ornamental para verano

A veces las iniciativas empresariales surgen como si de una apuesta se tratase. Francisco Sánchez y Diego Oller se conocieron mientras hacían la matrícula en la universidad y, años después, durante un almuerzo como tantos otros, uno le dijo al otro: "¿Y si montásemos un vivero?". Lo que empezó como una pregunta lanzada al aire se concreta hoy en una firma de reconocido prestigio en el sector, Vivero Los Grillos, el primer viverista de Andalucía con planta de olivo certificada en la variedad Arbequina, especializado en la producción de plantones de olivo de nebulización para cultivos tradicionales y superintensivos.

La oferta de la empresa, ubicada en Pozoblanco (San Isidro), es amplia. Comercializan olivos en distintos formatos y variedades (Arbequina y Picual, sus productos estrella, Hojiblanca, Gordal, Cornicabra y Lechín de Granada), realizan plantaciones 'llave en mano' y proyectos de viabilidad o asesoramiento, entre otros. Además, tienen entre manos un proyecto para la producción de olivos ornamentales que podría ver la luz el próximo verano, así como una colaboración con la Asociación de Padres, Madres y Protectores de Personas con Discapacidad Intelectual de Almería (ASPAPROS).

Ya más a medio plazo, los socios pretenden abrir una línea de cultivo de olivos ecológicos. Se trata de un proyecto que empezaron a gestar hace un año, conscientes de que "el futuro será el ecológico y el superintensivo". Sin embargo, "la crisis lo ha parado un poco", así que ahora se concentran en una única tarea no menos ambiciosa: "aguantar".

De profesión ingenieros, ambos socios poseen un amplio bagaje en el sector agrícola, lo que les permitió 'lanzarse a la piscina' sin demasiadas dificultades en el año 2002. Ahora, sin embargo, el panorama se presenta menos halagüeño porque la crisis ha mermado las ventas en un 70% respecto a 2008 y los ha obligado a reducir considerablemente la producción, que venía rondando un volumen anual de un millón de unidades, y a diversificar su oferta con una línea ornamental dirigida tanto a mayoristas como a minoristas.

Pese a todo, a fecha de hoy la firma está bastante introducida tanto en el panorama provincial, donde han plantado ya 80 hectáreas de manera directa, como en el ámbito de las exportaciones. Entre los clientes que compran sus productos se pueden citar diversos países de Sudamérica, Portugal, Marruecos, Argelia, el Este de Europa y Oriente Próximo.

La doctrina de su trabajo diario se sustenta en la producción de plantas de calidad que presentan "pérdidas del 0,1 al 1% como máximo", afirma Oller. Después de 15 años trabajando en el mundo de la horticultura, explica, "tenemos una cara, un nombre y una calidad, y hay que mantenerlos".

Para mantener este nivel cualitativo cuentan con infraestructuras debidamente acondicionadas que permiten monitorizar a distancia aspectos como la humedad, la temperatura o la ventilación. Además, se respectan los tiempos de cada una de las fases de desarrollo de los plantones para evitar que estos vean mermada su rentabilidad una vez que están al aire libre.

El procedimiento es, básicamente, el siguiente. En una primera fase se extraen los esquejes de la planta madre (certificada por la Junta de Andalucía) para su trasvase a la planta de nebulización. Esta primera operación se realiza entre los meses de marzo y abril y, tras 60 días, el 'estaquillado' (pequeños esquejes individuales) se pasa a ña zona de enraizamiento y desarrollo en un invernadero de malla. Los plantones crecen en bandejas forestales hasta alcanzar el nivel de desarrollo deseado y, posteriormente, las plantas se pasan a una zona de adaptación al aire libre previa a la comercialización, transcurridos 15 días. En total, el proceso puede durar entre 60 días a 2 años, dependiendo del nivel de crecimiento requerido por el cliente.