Agricultura

El precio del tomate almeriense no logra repuntar en la recta final

Caja de tomates en un invernadero nijareño.

Caja de tomates en un invernadero nijareño. / Javier Alonso

La buena campaña anterior del tomate no va a volver a repetirse. Una lástima, puesto que el producto tradicional del campo almeriense iba al alza los últimos años, pero éste ha vuelto a encallar por motivos parecidos a los que provocaron que muchos agricultores apostaran por cultivos alternativos en la última década.

Desde el principio de la campaña, ya estaba torcida la cosa. El inusual calor alteró los cultivos y provocó un exceso de producción, lo que hizo que los precios no llegaran a despuntar. Había confianza por fechas navideñas y es cierto que hubo una tímida subida, como la experimentada hace apenas un par de semanas, pero nunca llegó a alcanzar el valor de la pasada campaña.

Sin ser una magnífica, la anterior sí que dejó bastante satisfechos a los agricultores almerienses, que veían cómo se iba recuperando este cultivo, que no ha tenido grandes incidencias del perjudicial virus del rugoso. Según datos ofrecidos por Coexphal a comienzos de febrero, el precio medio el pasado ejercicio fue de 1’02 euros por kilo, un 5’15 por ciento más que la campaña anterior en la que el precio medio fue de 0’97 euros por kilo y un 92’45 por ciento más que siete campañas antes, ya que en la 2015/16 el precio medio del tomate, en todos los tipos y categorías, fue de 0’53 euros por kilo.

El mejor precio obtenido por los tomates producidos en la provincia almeriense propició que el valor total de los ingresos percibidos por los productores fuera mucho mayor, ya que si en la campaña 2015/16 los 1.101’89 millones de kilos de tomate producidos en los invernaderos almerienses reportaron unos ingresos de 584 millones de kilos, los 688’47 millones de kilos que se produjeron en la campaña 2022/23 generaron 702’24 millones de euros por ingresos brutos de los agricultores almerienses.

Esta tendencia volvió a animar a los agricultores, sobre todo en la zona de Níjar, muchos de los cuales apostaron por un tomate de ciclo tardío que ahora están recogiendo. Y si los precios han sido bajos como tónica, ahora apenas son rentables con la llegada de otros competidores. Son ya varios días en los que las pizarras apenas superan los 20 céntimos, precio al que “ni merece la pena recoger”, en boca de los agricultores.

“El tomate no ha tenido una buena campaña en ninguna de sus variedades. Ha habido un par de meses que no han estado mal, pero en la mayoría ha tenido unos precios muy bajos. Ahora entran otros competidores y se pone más difícil porque hay más calor y la competencia es grande”, indica a Diario de Almería Adoración Blanque, secretaria general de Asaja, que ve que se están “repitiendo los factores” por los que el agricultor “dejó el tomate”: “La rentabilidad está en tela de juicio. Vamos a terminar la campaña con unos precios bastante malos, esperemos que el año que viene cambie la cosa”.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios