La sequía no hace mella en la sandía almeriense

Agricultura

Alta floración y unos precios iniciales bastante beneficiosos para el agricultor

Las huertas murcianas, manchegas y el cultivo al aire libre de Pulpí o Palomares sí que se resienten

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Sandías sin pepitas Bouquet-ANECOOP.

La sequía está ya aquí. Nada nuevo. La falta de lluvia, el cambio climático, la subida constante de las temperaturas y el derroche habitual de agua por parte del ser humano están conduciendo a España a un momento crítico, en el que Almería sabe maniobrar.

La provincia, árida desde que el mundo es mundo, ha hecho de la necesidad virtud. Cada gota de agua es oro, sobre todo en el mundo agrícola, donde el agua es maná. La tecnología, la innovación, así como el sentido común han permitido que la Huerta de Europa sepa moverse en el alambre hídrico como nadie. Y en esta primavera y meses venideros a muchos cultivos españoles se les ha soltado el arnés de seguridad.

Buen ejemplo es la campaña de primavera, principalmente con la sandía como producto afectado. Los pantanos están secos, los trasvases cortados, las comunidades de regantes tienen el agua justa y muchos productores lo están pasando mal para sacar adelante la fruta veraniega. El campo manchego, parte del murciano y algunos cultivos al aire libre de Palomares, Pulpí y Cuevas del Almanzora van a pasar una sufrida campaña, incluso para los frutales con huesos, propios de esas regiones.

Iván Rodríguez (Anecoop)

"Posiblemente habrá entre un 5% o 10% más de producción porque los cuajes están siendo muy buenos"

El modelo intensivo de Almería, bajo plástico, ya trabaja a pleno rendimiento, con unas buenas expectativas en el horizonte y preparado para surtir a clientes si hubiera desabastecimiento de otras regiones agrícolas por culpa de la sequía. “Se está hablando ya de restricciones de agua, por lo que mucha gente se ha planteado qué cultivo poner. Tenemos que ver qué consecuencias tiene seto, aunque allí [Murcia y La Mancha principalmente] hay muchísima superficie, algo que siempre les va a permitir tener margen si les falta algo de producción”, explicaba a este medio Iván Rodríguez, director de la delegación almeriense de Anecoop.

Los precios del año pasado, una anomalía que no debe repetirse

El año pasado, el elevadísimo precio de sandía y melón fue noticia nacional, llegando incluso a hablarse en el Congreso de los Diputados de ello. Las bajas temperaturas que se registraron durante la primavera, con varios episodios de lluvia, provocaron que la floración fuese dificultosa, por lo que los kilos que se recolectaron fueron muchos menos de lo esperado. Así, era un privilegio comprar sandía. “Lo del año pasado no fue bueno para nadie, unos precios de dos euros en adelante, ni es bueno que se venda tampoco a 20 céntimos. Lo mejor es que se vendan a un precio razonable, que ruede, que cuando llegue la campaña murciana bajen los precios, puesto que el tipo de cultivo es distinto, al ser a campo abierto, con menos costes, más kilos...”.

Lo que ya se aprecia en estos momentos es una producción muy alta en Almería ante las temperaturas tan elevadas en lo que va de 2023. “Aunque se habla genéricamente que hay un 15% menos de plantación, posiblemente habrá entre un 5% o 10% más de producción porque los cuajes están siendo muy buenos y está habiendo muchos más kilos por metro. Va a ser un año de producción normal, tirando a bueno. Todo lo contrario al año pasado, cuando hubo muy poco cuaje. Ahora llevamos casi desde enero con sol y muy buenas temperaturas”, comentaba Iván que hacía un primer análisis de los mercados y los precios que presentan: “Los precios se mantienen alto, en la misma línea del año pasado. En Almería, las primeras semanas de campaña normalmente arrojan buenos precios. Son las primeras, es la mejor calidad, entramos ante lo que viene de ultramar ya agotado... La gente tiene ganas de empezar con la sandía española, frente a Sudamérica y lo que llega de Senegal y Mauritania”.

El género que se exporta, de un calibre menor al que se queda

Al igual que los productos estrellas de la huerta almeriense (pimientos, pepinos, calabacines o tomates), la gran mayoría de la sandía que se produce va para la exportación. Sin embargo, es distinta la que se queda de la que se exporta. “En nacional hablamos de calibres gordos, mientras que la sandía pequeña va para el exterior, que es lo que más suele haber. De hecho, cuando hay mucho cuaje, la sandía tiende a quedarse pequeña porque son muchos kilos por metro los que se amontonan. En España gustan más las sandías gordas (calibre 2 y 3) y en los supermercados aprovechan para partirlas y venderlas por mitades o cuartos. Este tipo de sandía no triunfa en Europa, que buscan sandía entre kilo y pico y dos, calibres 4, 5 y 6”.

La buena campaña agrícola de invierno, por otra parte, gracias a unos precios altos mantenidos en el tiempo, va a provocar que la sandía almeriense sea algo más tardía que de costumbre. “El agricultor ha retrasado la plantación. Ya estamos viendo que los volúmenes se empiezan a disparar y los precios se van ajustando a la baja, algo que no ocurrió el año pasado porque no había sandía. Ahora mismo los precios son buenos para el agricultor, rondan los 90 céntimos. El año pasado, el que quería comer sandía, tenía que pagarla a precio de oro; hablamos de dos o tres kilos por metro, la mitad de una producción normal. Hubo gente que casi ni cortó sandía”, indica.

Precisamente que este año venga un poco más tardía será beneficioso para que termine de entrar el calor en Europa, que de momento sólo ha llegado con mucha fuerza a España. “Si en Alemania, Holanda o Polonia, entre otros, está nublado y llueve, no comen sandía, baja la exportación y se ajustan los precios. Nosotros miramos las previsiones meteorológicas porque sabemos que en cuanto suban las temperaturas en Europa, se dispara la demanda. Nuestra sandía tiene mucha calidad y se vende muy bien, pero es verdad que también tiene que ayudar el clima”, termina Iván Rodríguez.

Huertas en el levante almeriense, donde el cultivo es en la calle, por lo que la solarización es mucho mayor. / Javier Alonso

Un cultivo que poco a poco deja de ser complementario

Tradicionalmente, sandía y melón eran cultivos complementarios que el agricultor ponía tras cortar las plantas ya agotadas por el invierno. Sin embargo, poco a poco la tendencia va cambiando y parte de la culpa la tienen los altos costes que lleva sufriendo el campo en la última campaña.

Los insumos siguen altos, así como los carburantes y todo el gasto que per se implicada una campaña en plásticos, lucha integrada, agua... Como bien explica Rodríguez, el agricultor ha decidido especializarse en los cultivos veraniegos para sacar la mayor rentabilidad posible. “Los costes siguen muy altos. No están comentando que antes era un cultivo complementario y ahora se están especializando más por la subida de los costes. Si no sacas una buena campaña en sandía, no sale la cosa rentable. Se está haciendo una criba de gente productora de sandía, a gente que lo tenía como una alternativa fácil y rápida. Éstos últimos están empezando a ser cribados”, explicaba a Diario de Almería.

En lo referente a la provincia, dos grandes zonas de cultivo tiene Almería: campo de Níjar y Poniente, donde la sandía se cultiva de forma intensiva, bajo plástico; y el levante, incluido en la campaña murciana, donde los cultivos son al aire libre, como hacen con los frutales típicos de la zona de Pulpí, Palomares o Cuevas del Almanzora.

“Antes había mucha más plantación en Níjar, pero allí hay una tendencia al bio muy importante, lo que ha provocado que se iguale con Poniente en los últimos años. Quizás Níjar tiene un poco más, pero están casi a la par. Las empresas almerienses ya tienen finca por toda la provincia. En Levante, sobre todo a Pulpí, Palomares y Cuevas, son calle. Estos cultivos tiran más para la campaña murciana que para la de invernadero”, apuntaba el director de la delegación almeriense de Anecoop.

Precisamente al ser al aire libre, la solarización es mayor sobre los cultivos de primavera y el déficit hídrico es un hándicap importante que afrontar para sacar adelante esta campaña. “En Palomares sé que ha habido algunas fincas con problemas porque no tenían suficiente agua autorizada. En las zonas almerienses de campo abierto sí les ha afectado, pero no va a ser mucho como para que les condicione la campaña”.

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