Bienvenidos a La Gangosa

Son pocas cosas las que se tienen claras en la vida, y entre ellas se encuentra la sangre, llámese también estirpe o linaje

Según contaban los viejos del lugar, o así tengo conciencia de que se me haya trasladado hasta hoy, había situada una venta en mitad del camino que unía los campos de parrales de Dalias, a los que llegaban vinateros de las provincias de Granada y Almería para hacer su negocio, y los dominios pesqueros y salineros de Roquetas de Mar, una hacienda que daba cobijo y hospedaje a los pasajeros que viajaban por aquellos lares. Más concretamente, estaba apostada dentro de lo que hoy es el municipio de Vícar.

En ella servía una mujer, desconociendo si en calidad de dueña de la venta, o como criada asalariada de la misma. Su habla se caracterizaba por un particular gangueo, lo que hizo que todos la llegaran a conocer como "La gangosa". Tal fue la fama de esta fémina que, pasado el tiempo, aquella venta se conoció con el sobrenombre de "La Gangosa". Y tal ha sido el desarrollo, potencial y particular enclave de este lugar durante décadas posteriores que ese mote inicial terminó siendo la denominación actual del pueblo del mismo nombre, La Gangosa.

Como toda bondad, cualquier momento podría ser bueno para recordar aquella villa, pero, especialmente, este fin de semana es el mejor, coincidiendo con sus fiestas patronales, tan singulares como el hecho de que, no lindando con mar, sea la Virgen del Carmen quien ostente la cualidad de patrona. La Gangosa, un pueblo que nació de la agricultura y vive de ella, cuyas gentes eran y son tan grandes como la humildad que les caracteriza, y trabajadoras como ninguna, esfuerzo recompensado con la victoria del bienestar, un lugar apacible para vivir en familia. Nada más hay que destacar del mismo, y esto es lo más destacable, lo que la ensalza.

Son pocas cosas las que se tienen claras en la vida, y entre ellas se encuentra la sangre, llámese también estirpe o linaje, y las raíces, el lugar donde una persona nace y crece. Éstas nos condicionan, y nos identifican, cosidas ambas entre sí con el hilo invisible de la educación y el conocimiento. Decía Fernando Savater que aquélla, la educación, no solo trata de enseñar a pensar, sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa, la cual te porta al sentido de la pertenencia. Quien bien nació y creció en La Gangosa, tiene claro sus raíces, las cuida y fomenta, sabe a dónde pertenece. Por tal motivo, les invito a compartir y disfrutar en ella unos días de fiesta. Sean bienvenidos.

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