Buenismo

Un Buenista tiene similitud con un Sofista: es una persona que habla mucho, con ideas ajenas, pero en el fondo no dice nada

Por lo general este término se utiliza para definir o señalar a aquellas personas "hacedoras de bien" cuyo único fin es ganarse el reconocimiento social de los demás. Podría compararse con el termino anglosajón: "do-gooder". Pero, el Buenismo, es un término despectivo. Su origen proviene de los medios de comunicación españoles para designar la ingenuidad de ciertos modelos de comportamiento basados en el sentimentalismo. Esta fórmula se ha exportado a las redes donde también se da el mismo tratamiento.

Por otro lado es justo hacer una aclaración. Un Buenista también es un seguidor de Gustavo Bueno, el filósofo español creador del materialismo filosófico, obviamente algo muy diferente y donde no cabe la confusión. Habida cuenta de lo dicho, y con valor nietzscheano, permítanme hacer una exposición axiológica de esta conducta. Un Buenista es una persona con muy poca originalidad y con un exceso de narcisismo.

Desgranando esto diremos que estos individuos parten de la repetición vehemente de fórmulas y consignas de otros, basando toda su experiencia vital en la consolidación de una estética de masas. Por ejemplo: una formula repetida, por estos, es la de la izquierda radical, lo que se ha llamado el pensamiento único social demócrata. Esto les conduce al arrebato pero también al punto del absurdismo y del absolutismo intelectual. Pero esto no significa que en la práctica sean de izquierdas.

Por otro lado repiten la fórmula de la moral judeo-cristiana: su existencia es un auto de fe hacia sus proclamas y valores, sin autocritica; también hacía las indulgencias, para admitir excepciones a la fe basadas en la conveniencia. A eso hay que sumar un problema educativo: algunos de los Buenistas no tienen mucha formación y suelen basarse únicamente en el culto al líder. Llegados a este punto, y a modo de síntesis, un Buenista es una persona poco original porque no ofrece argumentos propios; pero también es una persona vehemente por culpa de su narcisismo y la necesidad de sentirse reconocido.

En realidad un Buenista no es un ser dialogante; rechaza lo ajeno hasta el punto de tacharlo de demoniaco. En cierta forma un Buenista es como un Sofista clásico, como aquellos que hablaban pero que en el fondo no decían nada. Entonces modificaban sus argumentos para hacerlos creíbles a sabiendas de que eran falsos. La notoriedad y reconociendo social estaban en juego.

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