En tránsito
Eduardo Jordá
Mon petit amour
El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres no es una celebración sino una jornada de repulsa por los asesinatos machistas, de solidaridad con las víctimas y sus familias, y de reivindicación de los derechos de las mujeres. En Almería se convierte, además, en una jornada para reclamar coherencia a la alcaldesa de la ciudad y a su partido, el PP, y exigirles que apliquen medidas ejemplares contra algunas prácticas que mancillan nuestro Ayuntamiento.
De nada sirve que la alcaldesa escenifique la puesta en marcha de campañas de sensibilización frente a la violencia de género cuando la televisión pública municipal, pagada por todos los almerienses, alberga un programa que niega la existencia de tal violencia, como dictaminó el Consejo Audiovisual de Andalucía. Semejante afirmación hubiera merecido por parte de una representante política que dice defender la igualdad una decisión ejemplarizante, porque la televisión pública municipal no debe propagar ideas o mensajes sin fundamento, y menos aún desvirtuar o restar importancia a una lacra social que siembra el dolor en las familias y que su peor expresión es la muerte.
Pero la incoherencia llega a más. Este año conocimos que el PP en el Ayuntamiento no adoptó ninguna medida para apartar de sus responsabilidades a un alto mando de la Policía Local de nuestra ciudad, condenado por un delito de coacciones en el ámbito de la violencia género y actualmente inmerso en un proceso judicial por una presunta trama de trata de menores. Al contrario, después de conocerse el fallo, en lugar de destituirlo, la alcaldesa lo premió nombrándolo miembro de un tribunal de oposiciones de la Policía Local. No basta con demostrar tolerancia cero hacia el maltrato contra las mujeres ante las cámaras leyendo un manifiesto. Hay que trasladarlo a la acción de gobierno, dentro de las propias instituciones, y, lamentablemente el PP, en lugar de actuar y dar ejemplo, mediante los instrumentos con los que cuenta, ha optado por el silencio y mirar hacia otro lado. A día de hoy, ni la alcaldesa ni nadie de su equipo ha dado explicaciones sobre las razones de su inacción en torno a estos dos espinosos asuntos. Por eso, ante la hipocresía del PP, los socialistas elevamos nuestra voz exigiendo coherencia para que en nuestro Ayuntamiento dejen de permitirse y de protegerse conductas negacionistas que alimentan la violencia hacia las mujeres.
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