Corona no sabe lo que sufrió Almería

30 de septiembre 2016 - 01:00

VINO a decir el otro día Miguel Ángel Corona, que no entendía la preocupación de la afición ni las críticas que empezaba a recibir el equipo cuando se han jugado siete jornadas de liga, en las que los de Fernando Soriano sólo han sido capaces de sumar seis de los veintiún puntos que han disputado. A Corona deberían de contarle las angustias y las noches casi sin dormir, no sólo del presidente, sino de la afición y de los empleados del club cuando se iba acercando el final de temporada y el equipo se puso al borde de la salida de la Liga de Fútbol Profesional, con lo que ello podía suponer. Corona, posiblemente, se enteró en la distancia, muy lejos del Estadio Mediterráneo, y no vivió en primera persona una agonía que parecía no tener fin, hasta el punto de que hubo aficionados, de los de toda la vida, que tuvieron que dejar de ir al estadio, de ver los partidos por la tele o escucharlos por la radio, porque el equipo no daba pie con bola. Fue un sinvivir durante buena parte del campeonato, con una sensación de impotencia alarmante y sin saber si tendría o no solución. Buena parte de los hoy compañeros suyos de vestuario devoraron cuatro entrenadores, que se dice pronto y eso no fue por casualidad. Se salvó el curso en el último instante y eso no lo olvida la grada, una grada, Miguel Ángel, que está cansada de sufrir, de no disfrutar de su equipo -no hablo de juego, sino de resultados, de ver ganar a su Almería- Habla Miguel Ángel que hay que tener paciencia. ¡Qué palabra más repetida la temporada pasada, paciencia, y tanta que tuvo una grada que aguantó lo suyo y que no está dispuesta a seguir sufriendo! Son ya, Miguel Ángel, tres temporadas seguidas angustiados y ésta, escarmentados de lo que iba a ser el curso anterior, pensaban que al menos verían a su equipo ganar, por lo menos, en casa, y... Bueno, los resultados están ahí. Por eso, Miguel Ángel, la gente está cabreada y enfadada con el equipo.

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