Estética del conocimiento

La estética del conocimiento es una experiencia social envolvente en la que estamos todos atrapados

Tenemos que partir, por una parte, que la estética estudia la belleza, lo eminente, y todas las manifestaciones de arte y por otra que el conocimiento es la acumulación del saber justificado, aunque también el estudio de las fuentes y las formas de conocimiento. Con ambas sospechas la estética del conocimiento podría ser el estudio de la belleza del saber. Y eso parece tener una coherencia implícita como rama del conocimiento. Pero la estética del conocimiento es también una experiencia social. Su estudio conduce a la percepción de riesgos sociales. Uno de ellos es la confusión de que un conocimiento determinado se sustituya por la estética del mismo: los conceptos y formas de ese saber convertidos en formas de goce estético. Tal confusión no conduce al conocimiento de base sino a una versión del mismo que algunas veces exalta el saber y otras lo diluye o difumina en otra cosa distinta. Donde más fácilmente se aprecia esta circunstancia es en las creencias, ideologías, etc. Suele ocurrir que quienes creen en una corriente o tendencia de opinión, lo hacen por contagio de una experiencia estética colectiva (iconos, experiencia social de transmisión) y no como consecuencia de una adquisición conocimiento basada en el aprendizaje individual. En otras palabras: aquello en lo que la gente cree es fruto del contagio estético y no lo es como fruto del estudio sesudo y detallado. Quizás por esto el saber de nuestra época es un saber estético ante todo, digital, superficial. La morfología del mismo ofrece formas simplificadas del saber que también están descontextualizadas, o que son anacrónicas. Tal reducción del saber conduce al prejuicio, al odio, al enfrentamiento social. Podemos decir así que la estética del conocimiento genera división social. Esto no es lo mismo que el conocimiento de la estética, una rama del saber muy loable. Ni tampoco es la estética como conocimiento. La estética del conocimiento es otra cosa, una experiencia social que genera cambios y que también modifica las ontologías asociadas al saber original. Esta modificación oscila según cada estética y ofrece muchas modulaciones. Por otro lado, se me antoja que también es un buen método de análisis de nuestro presente a través de la evolución de creencias, de la experiencia afectiva de la ideología, y del goce estético de los iconos del saber. Tiene muchas posibilidades.

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