La mirada zurda
Antonio Guerrero
¿Puede una IA tener conciencia?
IGUALICO, igualico, que el defunto de su agüelico", la frase con sus faltillas de ortografía no es mía, sino que aparecía siempre en las historietas de Agamenón, un personaje de un TBO de mi época que el joven Albert Ribera, nacido después de aprobada la Constitución, no creo que conociera. Agamenón es algo bruto y su abuela repetía dicha frase en la última viñeta para comentar la salvajada del nieto que daba motivo a la trama de la historieta. Enardecido por el éxito, el joven Ribera ha soltado que la regeneración política solo podrían traerla las personas que habían nacido en democracia. De un plumazo ha borrado del mapa a los mayores de cuarenta años. Ante las críticas, el líder de Ciudadanos ha querido arreglar la cosa matizando sus palabras que, según ha dicho "no han sido entendidas fuera de contexto". Esta manera de salir del paso es más vieja que Matusalén. "Yo no he querido decir eso", "no habré sabido expresarme", "no me han entendido bien" etc… son frases que estamos hartos de oírselas a los políticos más castizos después de soltar una burrada. El propio Rivera, ya quiso rectificar con el manido latiguillo cuando dijo que nos iba a enseñar a pescar a los andaluces. Tan joven pero "Igualico, igualico…" Ya me entienden.
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