LA división del paso del tiempo es un acuerdo universal entre los humanos para ordenar el caos y permitir que dos personas estén a la vez en el mismo sitio o que podamos celebrar, de cuando en cuando, que aún seguimos vivos. Desde 1967, ese trato se basa en aceptar que un segundo es la duración de 9.192.631,770 oscilaciones de la radiación emitida en la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del isótopo 133 del átomo de Cesio, a nivel del mar y con un campo magnético 0. Y a partir de ahí, ya saben, los minutos, las horas y los días que hacen, innegablemente, nuestra vida más fácil. Es decir: cuando queremos, somos increíbles poniéndonos de acuerdo. Más allá de ideologías o costumbres aceptamos que a las 2 sean las 3 sin restricciones. No me explico cómo es posible, entonces, que andemos, casi siempre, por ahí enfrentados, perdiendo el tiempo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios