Políticos dichosos

04 de enero 2016 - 01:00

NO sean malos, no he puesto dichosos políticos, sino políticos dichosos como sinónimo de felices y algunos tenían motivos. El primero, David Bravo, de Podemos, que nos visitó una hora en campaña. En su twitter, antes de bloquear a media Almería, declaró que si tuviera que seguir sus ideales se presentaría por la circunscripción de Skyrim, la capital de un videojuego. No fue posible, así que ha tenido que conformarse con ser propuesto por nuestra galaxia. Pues así y todo consiguió un escaño y lo traigo a colación para que puedan compararlo con el secretario general de los socialistas, el señor Sánchez Teruel, que declaró a su partido feliz y concluir si tiene motivos para ello.

Cuando leí la valoración del líder socialista me vino a la cabeza la interpretación que Camus hizo del mito de Sísifo. Ya saben, aquel que fue condenado por los dioses a empujar una roca a lo alto de una montaña y al llegar la roca descendía nuevamente, quizás porque no la sujetaba bien, y tenía que volver a empezar. Dice Camus que lo ve de pie en la cumbre mientras la roca desciende lentamente y en ese momento puede imaginarse a Sísifo dichoso. Así se me representó Sánchez Teruel. En la cumbre de de la montaña, como un moderno Sísifo mientras su partido, la roca, sigue su descenso. El PSOE sufrió en 2011 su peor resultado histórico, 92.736 votos, el 29,76% del total. Ahora ha bajado al 28,84% y 89.000 votos. Por tanto 2011 no fue su suelo, puede seguir cayendo, pero Sísifo es feliz. Lo que realmente quiso decirnos es que sintió alivio, que temió se cumplieran las encuestas y obtuvieran sólo un diputado. Entonces hubiera debido hacer algo y el mercado laboral puede ser muy frío para quien nunca ha estado en él. Pero, además, al declarar a su partido feliz, nos está diciendo que él, y su grupo, es el PSOE, que se siente su propietario. Si él es feliz, su partido lo es. Y con ello nos aclara, sin verbalizarlo, que la única aspiración del grupo que dirige el socialismo almeriense es que en su camino hacia abajo la roca no ruede muy rápido, esperar que un día el péndulo electoral oscile y puedan atribuirse el mérito y así hasta la jubilación. Es mucho lo que lo socialistas almerienses tienen que mejorar, pero nada podrán si no cambian la forma como suben sus dirigentes, mediante ese estrecho canal de complicidades internas fuera del campo de visión incluso de sus militantes. Así no puede esperarse solvencia de unos equipos formados en la opacidad y para los que militar es una profesión, sin más. Una pena porque quien debería ser feliz no es Sísifo, es la roca.

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