Me permito hoy versionar el famoso poema de Kavafis: «Cuando emprendas tu viaje a la Ítaca educativa, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias. No temas a los que dicen que es inútil ni a los que han dejado de creer en la transformación ni a la colérica administración, seres tales jamás hallarás en tu camino, si tu pensar es elevado, si selecta es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo». Cada día, constantemente, en distintos ámbitos de nuestra vida, ocurren pequeños-grandes milagros, situaciones que a cualquiera impresionarían y nos harían ver que la vida tiene siempre dos caras, una negativa y amarga, que es de la que casi siempre hablamos, y una positiva y reconfortante, que es la que muchas veces nos cuesta reconocer.

En Secundaria, donde se supone que solo hay adolescentes malcriados, hormonados y solo interesados en los teléfonos móviles, ese lugar donde está el profesorado peor formado (dicen algunos) para la didáctica, donde se nos acusa de ser «Catedráticos» a los que solo nos interesan la biología, la historia, la física o los idiomas, también hay Ítacas. ¿Existe profesorado de Secundaria interesado en el aprendizaje cooperativo? ¿en aprender mediante aplicaciones educativas? ¿en el aprendizaje basado en proyectos? ¿en plantear juegos matemáticos extrapolables a otras asignaturas? ¿en utilizar el ajedrez como herramienta educativa? ¿en hacer un uso educativo de la radio escolar? ¿en dinámicas de cohesión de grupo? La respuesta ha de ser muy clara. Sí. Existe. La semana pasada se celebraron unas Jornadas de Buenas Prácticas en el IES Carmen de Burgos (Huércal de Almería), cuyo único objetivo era dar a conocer metodologías que hacen ciertos docentes, a otros compañeros y compañeras del claustro. La respuesta fue formidable. En torno a cincuenta personas reunidas una tarde, al margen de certificaciones y requisitos de la administración, sin más interés que aprender unos de otros. Se trataron todas las temáticas planteadas en los interrogantes anteriores, disfrutamos, compartimos, nos conocimos un poco mejor y lo más positivo de todo es que nos quedamos con ganas de más. Sabemos que hay mucho más talento en un solo claustro como el nuestro. Seguiremos promoviendo que se comparta.

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