Rosario Weiss

No pasó de ser una dibujante y pintora academicista convencional con cierto virtuosismo

Hija menor de Leocadia Zorrilla, la ama de llaves y amante del Goya viejo y viudo, Rosario Weiss nació en 1814, dos años antes de que Isidoro Weiss, su supuesto padre, denunciara a su esposa Leocadia por "infidelidad y chulería". No está claro, por tanto, quien fue el padre de esta niña. Para algunos autores fue hija de Goya, pues el pintor la trató siempre como tal y, ante las dotes para el dibujo que la niña demostró desde muy pronto, se encargó personalmente de educarla artísticamente, primero en la Quinta del Sordo y después en Burdeos. El heterodoxo método de Goya consistía en hacerle dibujos de su invención para que la niña los copiara o repasara después. Muchos de ellos se conservan en el museo Lázaro Galdiano. Tras la ruptura de su matrimonio, Leocadia rehízo su vida en el hogar de Goya y allí se mudó con sus dos hijos menores, al menos desde 1815. Acompañó al pintor al exilio -era ella también liberal- y sus más íntimos se refieren a ellos siempre como una pareja; Moratín, por ejemplo, habla de "Goya y la señora" . En Burdeos, Rosario se formó también con el pintor neoclásico Pierre Lacour, de gusto academicista y relamido, ajeno por completo a Goya. La joven adoptó este nuevo estilo como si la etapa "goyesca" jamás hubiera existido en su formación. Tras el fallecimiento de Goya en 1828, y la ejecución del testamento -que no dejaba dote alguna ni herencia a Leocadia- por parte de Javier, hijo y heredero del pintor, Leocadia y sus hijos atravesaron serios problemas económicos para poder subsistir. De vuelta a Madrid, Rosario procuró los ingresos necesarios a la familia ejerciendo como copista por encargo en el Museo del Prado -algunos estudiosos malintencionados la han acusado de falsificadora, sin la menor prueba -y realizando finos retratos a lápiz. La Academia de San Fernando la nombró académica de mérito en 1840 y obtuvo igualmente un cargo de profesora de dibujo de la infanta Isabel, futura reina de España, con sueldo anual de 8000 reales. Rosario murió prematuramente en 1843, con 28 años. En estos últimos tiempos, al amparo de la inercia feminista de las instituciones, algunas exposiciones y publicaciones han pretendido revitalizar su figura y otorgarle estatus de gran artista. Pese a todo, Rosario no pasó de ser una dibujante y pintora academicista convencional con cierto virtuosismo técnico, pero no mostró un verdadero talento creativo de importancia ni se atisba -ni intuye- en su breve periplo artístico el comienzo de obra y mundo personales.

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