Según avezados publicistas se trata, sin duda, de la creación más popular de la historia del diseño en España. El toro de Osborne, silueta inconfundible en las carreteras de todo el país, cumple 65 años convertido en paradigma de la iconografía patria. En 1957, las bodegas Osborne encargan a la agencia Azor una imagen corporativa para anunciar su brandy Veterano. El pintor Manuel Prieto asume el reto y concibe la figura que le haría célebre: la bestia ibérica por excelencia, fácil de representar, símbolo de fuerza y virilidad. Parecía el reclamo perfecto. Siempre presente en nuestra provincia, es divisado por cualquiera de las carreteras por Benahadux y puente de Rioja. Ahí está majestuoso como oteando ese Bajo Andarax ya próximo a la capital. Las primeras figuras, construidas en madera, tenían los cuernos blancos y medían apenas cuatro metros. Hacia 1961 se sustituyó por chapa y una altura de siete metros. Un año después, cuando dos leyes franquistas obligaron a situar las vallas publicitarias a 125 metros de las autovías, el toro se eleva a 14 metros de altura.El grupo Osborne, dueño de la imagen y los derechos de reproducción, eliminó la rotulación publicitaria Osborne-Sherry & Brandy, con el fin de mantener la silueta. En 1994, el Reglamento General de Carreteras volvió a hacer presión, lo que desató una fuerte campaña mediática a favor del toro. Comunidades autónomas y Ayuntamientos propusieron que se mantuviera como Bien de Interés Cultural (BIC) y se manifestaron a favor de la permanencia en las carreteras de las siluetas del toro.

Algunas Comunidades Autónomas como Andalucía se adelantaron y catalogaron las 21 figuras distribuidas por su geografía como parte del Monumento de Patrimonio Histórico andaluz. Hoy, con sesenta y cinco años cumplidos a pie de carretera, y 95 figuras distribuidas por España, el toro de Osborne es elemento de inspiración para pintores, caso de Antonio de Felipe y ya, en su momento hace años, películas de Pedro Almodóvar y Bigas Luna, pero también se deja ver en grandes eventos deportivos, sustituyendo incluso al escudo constitucional en las banderas de los hinchas, todo sin menoscabo y desprecio a nuestro escudo. Un éxito sin precedentes que ha logrado vencer al paso del tiempo, y que seguirá mucho más encaramado a nuestros paisajes.

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