Monticello
Víctor J. Vázquez
Un triunfo póstumo
Todo era de esperar y no entiendo la sorpresa y estupor de las tertulias de televisión. EH Bildu ha puesto en un aprieto al clásico PNV y es la alternativa ahora mismo para el pueblo vasco. Nadie de fuera comprende por qué ha sido tan exitoso el resultado y más sabiendo de donde vienen y proceden. Pero este trabajo de éxito ha sido realizado desde Madrid, el PSOE ha permitido a los de Otegi campar a sus anchas sin ningún problema sacándose fotos con la mayor normalidad y transparencia del mundo. Un blanqueamiento a la perfección que ha hecho que el partido de la izquierda abertzale siga creciendo como la espuma. Fíjense que el candidato, Pello Otxandiano, metió la pata cuando fue preguntado y negar que ETA era una banda terrorista. Todos pensábamos que esto le iba a castigar, incluso con el rechazo de Sánchez, pero todo ha sido muy distinto. Sé, y lo vivo muy de cerca, que en tierras del buen txakoli el tema de los años de plomo se ha alejado de la mente de muchos. Ya saben que los malos recuerdos se borran para no sufrir, así es el cerebro del ser humano. Pero hay otros que siguen acordándose cada día sufriendo y aguantado ongi etorris al lado de donde se produjeron asesinatos. Lo sencillo que sería que se pidiera perdón y se reconocieran las cosas. Ahora todo este trabajo de pasar del tema desde Moncloa, se le va a volver en contra. Por lo que se ve, y los más seguro, es que los socialistas vayan apoyar al PNV. Comienza el toma y daca de los propios socios. Es decir, Bildu va a sacar de sus casillas a todos los asesores e incluso al propio presidente por haberse ido con el contrario. Esto es una pequeña pata de lo que puede pasar. La fecha clave será el próximo 12 de mayo. Ahí puede estar el final de la legislatura. Un Puigdemont poniendo su cabezonería por encima de todo con un ERC celoso porque en Ferraz le hacen más caso a él que a Pere Aragonès. Los comicios catalanes se pueden considerar casi nacionales. El futuro de lo que salga en las urnas será clave. Todo el pacto ‘Frankenstein’ ha hecho que los nacionalistas sean más fuertes que nunca y vivamos en una España con más extremos cada día.
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