
El Medio y el Ambiente
Ignacio Flores
¿Quién, quién levantó los olivos?
Hoy que comienza tu mes, quiero volver a escribir sobre ti. Hace mucho que no lo hago y te prometo que no hay tema que más me importe que tú. Que cada vez que te veo sufrir se me retuerce el alma, niña que viniste para alegrarme la vejez. Quiero decirte, antes que nada, que estoy orgulloso de que seas como eres. Eres la viva estampa de tu madre a tu edad, y no hay en el mundo nadie que se me parezca tanto que ella. Quiero decirte, niña toda inocencia, que estoy orgulloso de tu sensibilidad. Me has dado pruebas, desde antes de cumplir los cuatro años, de que tu corazón es grande y puro como un día lo fue también el mío. Y quiero decirte, niña toda sinceridad y cariño, que estoy orgulloso de ser tu abuelo.
Que nada en la Vida, nada, puede compararse a eso, ser tu abuelo (lo siento, lector habitual u ocasional: esto hoy no va contigo).
Abril, encontrarás en la Vida muchas personas que se dirán amigas tuyas y no lo serán, porque la amistad se demuestra en los momentos difíciles, en el apoyo cuando te hace falta, en la comprensión y la cercanía, situaciones todas que son raras de ver en una gran parte de la gente que te rodeará y se dirá amiga, compañera o lo que sea. No se pueden evitar, están ahí, al acecho de las personas buenas y sensibles como tú, de las serviciales, de las que saben estar cuando se las necesita, como tú a tus ya casi 11 años. Encontrarás todo tipo de personas y personajes, la Vida está llena de ellos, que o no valdrá la pena reparar en ellas o será enriquecedor tenerlas cerca. Con unas y con otras, hay una fórmula que siempre funciona: sé tú misma. Haz, porque puedes hacerlo, que tu valía y tu capacidad, tu corazón y tu alma, tus cualidades, destaquen por sobre la medianía corriente que te va a rodear desde ahora en adelante. Cómo me duele, niña que viniste en el momento justo a alegrar mi vida, cómo me duele que vayas abandonando poco a poco el territorio feliz y sublime que es la infancia. Comienzas, casi ya comienzas a saborear las mieles, pero también las hieles, de la pubertad y la adolescencia. Será un tiempo en que quienes te rodeen serán piezas clave en tu existencia. Serán, ellos sí, tus iguales. Con ellos, pero sobre todo por ellos, sentirás y sufrirás. Te dirán que seas de una forma o de otra. Pero tú sé siempre tú. Mantente firme. Y ya sabes que aquí nos tienes, para lo bueno y lo malo, niña de mi vida. ¡Cómo te quiero, niña!
También te puede interesar
Lo último