Opinión

Ana Agüera López

El agua, un recurso en peligro

La reutilización del agua es una práctica sostenible que es necesario impulsar

El agua es un recurso esencial en el que se basa nuestra sociedad, nuestra economía y nuestra vida. Cuesta imaginar nuestro día a día sin un acceso rápido a una fuente de agua segura. Sin embargo, la disponibilidad de este recurso es limitada e imprevisible para millones de personas y está afectando ya a muchos países desarrollados, entre ellos a España. El cambio climático es en gran medida responsable de esta incertidumbre, que se reflejan en periodos de sequía cada vez más largos y frecuentes, que afectan a zonas ya de por sí áridas. Por otro lado, asistimos a un aumento continuo de la población que conlleva un incremento de la producción agraria, principal consumidora del recurso. Se estima que alrededor de dos tercios del agua dulce disponible se destina a la agricultura. Pero si la cantidad es un problema, no lo es menos la calidad del agua disponible. La actividad industrial, agraria y urbana son responsables del progresivo deterioro de las masas de agua continentales. Miles de compuestos potencialmente contaminantes y todavía no regulados son vertidos diariamente a ríos, lagos y mares, llegando incluso a afectar a los acuíferos.

Con este escenario es obvio que es necesario desplegar diferentes líneas de actuación que incluyen entre otros objetivos mejorar la calidad de nuestras aguas, evitando o disminuyendo episodios de contaminación; mejorar la gestión de los recursos hídricos a través de un uso sostenible y buscar nuevas fuentes de agua que hagan a nuestras ciudades más resilientes, y capaces de superar los retos futuros.

En línea con estos objetivos, la regeneración de las aguas residuales urbanas se ha revelado como una nueva fuente de agua. Este proceso implica la aplicación de tratamientos adicionales o complementarios a los realizados habitualmente en las EDAR que mejoran la calidad del efluente, permitiendo vertidos menos contaminantes, y la posibilidad de reutilizar las aguas regeneradas para otros fines, favoreciendo así una economía circular. La Comisión Europea considera clave impulsar la reutilización, en especial para usos agrícolas, como lo demuestra la reciente publicación del Reglamento (UE) 2020/741 relativo a los requisitos mínimos de calidad para la reutilización del agua. El principal objetivo es asegurar que las aguas regeneradas sean seguras para el riego agrícola y con esto evitar el recelo social asociado a esta práctica.

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