Chantajear al canciller

31 de octubre 2025 - 03:08

Tras el sainete de Puigdemont en Perpiñán, el Gobierno puso en marcha el ‘momento papagayo’, titulado en esta ocasión ‘Mano tendida’. Sánchez ya había dicho: “Lo que está en manos del gobierno de España lo estamos cumpliendo, lo que está en manos de otros estamos trabajando para que se cumpla”. Pero las cosas de palacio van despacio, Puchi, hermoso. ¿O es que no ha sudado la camiseta Albares para que el catalán sea oficial en la UE? Se ha deshidratado en cada intentona. Y ahora dice Turull que una foto de Sánchez con Puigdemont ya no arreglaría nada. ¿Y si Pedro sacara al prófugo a hombros por la puerta de la mansión de Waterloo, eh? Según qué foto. ¿Tampoco arreglaría nada el conseguir, al fin, la oficialidad del catalán? Pues eso se podría lograr presionando al canciller. ¿Qué digo presionando? ¡Chantajeándolo! “Mire, herr Merz, don Friedrich, o el catalán es oficial en la UE ya mismo, o concedemos la independencia a Cataluña y a los secesionistas y asimilados los aguantan también ustedes”. Alarmado el canciller y aterrorizados los restantes países miembros, se cambiarían los tratados y lo que hiciera falta y el catalán sería oficial la semana que viene. Porque pensándolo bien, a los separatistas y, sobre todo, a los que no se quieren ir pero insisten en que son ‘singulares’ y han de tener privilegios, ¿por qué tenemos que soportarlos nosotros solos? ¿No somos todos europeos? ¡Pues a cargar todos con esta cruz! Si eres muy idiota o muy palmero sanchista, dirás que en Cataluña, gracias a este gobierno, reina la armonía y la convivencia (y la convivencia con España: ¡nos quieren!), y no sentirás que cargas con peso alguno. Pero si no eres ninguna de las dos cosas, o sea, si estás hecho un completo fachosfero, hay un truco para sobrellevar esto: seguir la corriente a los indepes. ¿Que el Ayuntamiento de Vic, para un puesto de operario de cementerio, pide un nivel de catalán superior al básico? ¡Pues claro! Un juez ha anulado el concurso por ‘desproporcionado’ (estos jueces), ¿pero y si el espíritu del muerto desea hablar largo y tendido con el sepulturero? Es que a este paso, además de no poder morirse uno en catalán si el médico desconoce la lengua, ni siquiera van a poder enterrarlo en ese idioma, collons. ¡Una licenciatura en Filología Catalana tenían que exigir! Hay que chantajear al canciller. Para que Junts vea que el Gobierno sigue con la mano tendida. Venga, Puchi, no te enfades.

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