Colocar a la familia

Lo de colocar a las familias, buscar trabajo a los hijos, a los hermanos, sin olvidar a los cuñados, los sobrinos y los primos, es una máxima de todos y cada uno de los políticos, estén en el partido que estén. Recuerdo unas recomendaciones de algún líder de Podemos, creo que fue Rejón, en las que venía a decir que hay preparar los tiempos para cuando se pierda el poder, los llamados cuarteles de invierno, a los que retirarse cuando los votos de los ciudadanos los mandaran a casa. Uno entiende que el trabajo les hace libres a esos familiares, y si encima son en empresas públicas, donde el puesto es para toda la vida, miel sobre hojuelas, y colocados para el resto…

Entre las conversaciones que se han escuchado a los protagonistas de los últimos escándalos del Psoe, hemos oído a uno de los secretarios de organización como le recomendaba a Koldo, que ante la situación que se estaba creando debía procurar colocar a la familia. A las pobres y muy pudorosas sobrinas, primas, hermanas y cuñadas. Por descontado que lo primero son los hijos, después la esposa, la novia y si llegan los nietos, hay que buscarles una oficina donde tengan asegurado el sustento para los años que estén entre nosotros.

Quieren, tras declarar lo que de verdad piensan sobre la política y lo que deben hacer con sus familias, que los sigamos creyendo, que les perdonemos la vida y que los sigamos votando. No es por sus palabras y sus promesas cómo tenemos que ver la labor del político, decía Julio Anguita, líder del Partido Comunista, son sus hechos los que nos deben interesar, y si cometen lo que creemos es un abuso, no les volvamos a votar. En estos días los mensajes de este líder andaluz están levantando ampollas entre la clase progresista del país, que no sabe dónde esconderse tras sus palabras. Si los ejemplos de Julio los siguieran los españoles de izquierdas, es evidente que el Psoe de Pedro Sánchez se nos perdía en la noche de los tiempos, a donde lo llevarían las estupideces de su gobierno, en unas próximas elecciones a celebrar.

Estos tíos no son más sinvergüenzas porque no pueden, no dan la talla, se han quedado en putos políticos de burdel, pero eso sí, tienen muy claro que tienen que buscarles empleos a los miembros de la familia, y a eso dedican su tiempo y sus poderes. Y es lo que van a hacer, si no lo han hecho ya, durante los próximos meses. Tienen que dejar colocados a sus familiares antes de que gane la odiosa derechona.